Los tiras y afloja que han protagonizado el Ministerio de Fomento y la Consejería de Infraestructuras del Principado en la última década a cuenta de las obras para construir el acceso directo al parque empresarial "Principado de Asturias" (PEPA) parece que han llegado a su fin. Eso al menos se extrae de la reunión que ayer mantuvieron la consejera asturiana Belén Fernández con el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez Pomar, y que propició el desbloqueo de esos trabajos al aceptar el Estado que el Principado asuma el tramo final de la autopista AI-81 ("Y") para hacer el "pinchazo" de la nueva vía. Ése era uno de los obstáculos que ha tenido el proyecto casi desde el principio; el otro, el traslado de una línea de alta tensión, que finalmente quedó solventado a finales de 2015. Eso sí, el Principado, a cambio de que el Estado acceda a sus pretensiones, deberá asumir "un pequeño tramo de la N-632a", que coincide con la conexión de la autopista con la avenida de Gijón y el inicio de la N-633 (la arteria del Puerto).

La consejera socialista mostró su satisfacción por el acuerdo, que se produjo tras un intenso "debate técnico". "Finalmente, el secretario de Infraestructuras aceptó una de las tres propuestas que le trasladamos al ministro de Fomento por carta. Supone que se ceda parcialmente esa carretera, necesaria para resolver ya desde nuestro ámbito de responsabilidad la conexión. Así desbloqueamos esa inevitable paralización de las obras", aseguró Belén Fernández. El compromiso se suscribirá "en breve", mediante un convenio. De cuándo se produzca esa firma dependerá también el plazo para concluir las obras, previsto para finales de 2017 cuando se retomó la obra, en octubre de 2015 tras años de parálisis, si todo transcurría de manera correcta. Eso no fue así, ya que el acuerdo sobre ese "pinchazo" se ha demorado meses.

La noticia fue recibida con agrado por el gobierno local. Su portavoz, Luis Ramón Fernández Huerga, valoró el acuerdo, aunque lamentó "que no se hubiera producido antes". "La primera oferta que hizo el Principado era más o menos ese razonamiento", dijo. El concejal socialista afirmó que de no haber habido un entendimiento entre ambas administraciones se hubiera llegado al "ridículo" de tener una obra "fundamental paralizada" pese a tener presupuesto y tres cuartas partes de la obra ejecutada. "Ahora hay que esperar que la obra continúe, finalice y se ponga en servicio porque es importante no sólo para la salida de las mercancías desde el Puerto y las empresas del PEPA sino también porque aleja del centro de Avilés muchos trayectos de camiones y de transporte de mercancías. Y cuando hablamos de temas medioambientales, eso es fundamental", afirmó Fernández Huerga. El portavoz socialista confía en que ahora sigan las conversaciones entre el Ministerio de Fomento y el Principado para desbloquear otro problema en Avilés: el del colector industrial.

El escaso kilómetro y medio, que en su día se licitó como el más caro de España, no ha dado más que problemas desde que comenzó la obra. Los accesos rodados al polígono de la ría, unos trabajos que se licitaron en el año 2007 y que comenzaron a ejecutarse a principios de 2010, quedó detenida en julio de ese mismo año. El 29 de noviembre de 2010, el entonces consejero de Infraestructuras, el socialista Francisco González Buendía, firmó la "suspensión temporal total" de los trabajos.

La dirección general de Infraestructuras comenzó entonces a buscar la solución para los dos problemas que impedían la conclusión de la carretera: la línea de alta tensión, que había que trasladar, y el permiso del Ministerio de Fomento para hacer el "pinchazo" con la autopista, una gestión que no se había hecho en su día. Pero fueron necesarios más de cuatro años para que finalmente se resolviera uno de los dos inconvenientes, el de las torres de alta tensión, que quedó solventado a finales del año 2015.

Pero aunque los trabajos se han ido avanzando desde entonces, quedaba aún pendiente encontrar una solución para desbloquear el "pinchazo" con la autovía AI-81. La ejecución se reanudó con la instalación de los pilotes sobre los que ya se asientan las estructuras que conforman el vial que tiene que comunicar las empresas del Pepa con la autovía del Cantábrico: una sobre la carretera vieja a Gijón (AS-19) y el otro será el que va a conectar con la glorieta de acceso. Ya se han invertido 17,5 millones de euros.