La lluvia intermitente que cayó durante el día de ayer no acabó con el afán solidario del barrio de Llaranes. Alrededor de 200 personas siguieron la misa que ofició el sacerdote Jesús Ramón Álvarez en la plaza Mayor del barrio y más de 300 agotaron los vales para la paellada posterior, con 45 kilos de arroz, otros cien de carne y pollo, gambón y andaricas, que cerraron la XV Semana solidaria, que organiza el grupo Tercer Mundo de Cáritas parroquial de Llaranes.

Bajo el lema "Una nueva realidad en 3T: Tierra, trabajo y techo", los vecinos disfrutaron de charlas, actividades y hasta un torneo deportivo para recaudar fondos para tres fines solidarios: un proyecto de desarrollo en las comunidades rurales de Alta Verapaz en Guatemala, la atención de los refugiados de la guerra y la dignidad en el trabajo. "Con nuestras tres T, queremos contribuir construir un tejido social basado en la dignidad humana", explicaron tres jóvenes del grupo organizador, desde el escenario de la plaza Mayor antes de la misa.

La misa también giró en torno a los tres objetivos de la Semana solidaria, como cuando el párroco pidió perdón por los "pecados que cometemos en el mundo del trabajo, como la explotación, malos horarios o cuando no hacemos lo que tenemos que hacer".

La lluvia sí influyó en el mercadillo solidario. "Estuvimos a punto de cancelarlo pero llamamos a José María Murias -párroco de Llaranes, que se encuentra convaleciente tras una operación y nos dijo que ni se nos ocurriera", señaló Cristina Busto, integrante del grupo Tercer Mundo. Y es que el párroco estuvo presente en todo momento sin estarlo, ya que fueron varias las veces que se recordó que Murias es el impulsor de esta semana.