"El impuesto de sucesiones también afecta a los que no lo tienen que pagar, es un mal para toda la sociedad", afirmó ayer el economista Diego Barceló en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, en el que estuvo acompañado por Javier Jové, presidente de la asociación el Club de los Viernes. El economista, socio fundador de este colectivo, apoyó la tesis de la charla "El impuesto de sucesiones es un impuesto antisocial": "Una de las razones para que unos padres ahorren es dejar a sus hijos en mejor condición económica. El ahorro genera inversiones, que es la única forma de que la riqueza crezca, y con este impuesto nos están diciendo: 'No ahorres para tus hijos, que se lo va a quedar el Estado'. Impide que la riqueza crezca y con ello que los sueldos suban".

Barceló explicó que "como mínimo, es una triple carga impositiva a unos bienes". Y es que, primero se paga a medida que se ingresa el dinero, después cuando invierte se tiene que pagar el impuesto de patrimonio, IBI o algún impuesto de ese tipo y después, cuando el familiar hereda, una tercera vez con el impuesto de sucesiones. "No solo eso, cuando heredan los siguientes, por ejemplo los nietos, tienen que pagar otra vez, y luego otra vez", añadió el economista.

Así, Barceló fue intentando desmontar uno a uno los principales argumentos que esgrimen los partidarios del controvertido impuesto, que en Asturias tiene uno de los tipos más altos del país y en varias comunidades autónomas ya se ha rebajado prácticamente su totalidad. Además de negar que solo afecte a los "acaudalados", porque afecta a la inversión.

Según el economista, tampoco es cierto que sea un impuesto generalizado en el mundo. "De los cuarenta principales países del mundo económicamente hablando, solo la mitad lo tiene; y en esa veintena la situación es muy diferente a la de Asturias", señaló Barceló. Según explicó, en esas naciones, o bien se exime de pagar a los familiares directos, o bien el mínimo para pagar es mucho más alto ("por ejemplo en Italia es un millón de euros") y en otros los tipos son mucho más bajos ("por ejemplo en Luxemburgo para familiares directos es un 5 por ciento; en Asturias, un 44 por ciento").

Tampoco cree que sea necesario para financiar servicios sociales: "Es un 4 por ciento del Presupuesto del Principado, gasta mucho más en otras cosas que no son útiles y ni siquiera sería necesario recortar ningún gasto, generando más riqueza, se cubre fácil porque es una cantidad muy pequeña dentro del presupuesto".