Las grandes industrias de la región, los principales clientes de los puertos de Avilés y El Musel, miran con preocupación el paulatino enquistamiento del conflicto laboral de la estiba porque si bien han logrado esquivar los problemas logísticos derivados de la primera oleada de paros -los desarrollados durante esta semana- saben que en caso de recrudecerse las protestas de los estibadores acabarán viéndose damnificadas por la huelga.

En este sentido, el presidente de la Cámara de Comercio y Navegación de Avilés, Francisco Menéndez, manifestó a este diario que la institución está "pendiente del curso de los acontecimientos" y deseosa de que se produzca pronto un entendimiento entre las partes porque aventura que en caso contrario la situación "se tornará insostenible y llegarán los perjuicios para las empresas".

Hasta el momento, no obstante, ningún suministro relevante de materias primas y tampoco ninguna operación portuaria importante de exportación se han visto afectados por los paros que secundaron de forma masiva los estibadores asturianos de Avilés y Gijón (un centenar de trabajadores en total).

Esto ha sido así, según explican en medios marítimos, porque las empresas, sabedoras con antelación del calendario de movilizaciones de los estibadores, "contraprogramaron" y ajustaron sus planes logísticos para aprovechar al máximo los huecos del calendario libres de paros. "Durante la semana adelantamos la fecha de entrada de algún barco y retrasamos unas horas otros; de momento tratamos de ir ajustándonos al calendario de la huelga, a partir de ahora ya veremos", comentó ayer un directivo del sector .

No menos relevante es el hecho de que la principal puerta marítima de entrada de productos a la región, la terminal granelera de Gijón (EBHI), es ajena a la huelga de estiba porque su personal es ajeno a ese sector. Lo mismo ocurre con productos líquidos que se descargan con ayudas de tubería y que no requieren de la participación en el proceso de mano de obra estibadora o las empresas que disponen de cintas propias para el manejo de sus materiales.

La asamblea de Anesco, la patronal de la estiba, decidió el viernes no votar la última propuesta presentada por los sindicatos de estibadores tras analizar un informe jurídico del despacho Garrigues que advertía de posibles infracciones legales en el caso de aceptarla. La Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), mayoritaria en el sector de estibadores, aseguró ayer que esa decisión de la patronal supone "una falta de respeto a los clientes, a los españoles y a los trabajadores". En un comunicado, la coordinadora señala que el hecho de que la patronal no responda a ninguna de las dos propuestas sindicales planteadas, una el día 1 y la otra el 13 de junio, "solo puede interpretarse como ausencia absoluta de voluntad negociadora para garantizar el empleo". En consecuencia, los trabajadores mantendrán las convocatorias de huelga previstas para los próximos días.