Palacio de Bouza es una finca amurallada con 30.000 metros cuadrados en la que cientos de niños de la comarca, Asturias y de otros lugares de España y el extranjero han disfrutado del contacto con la naturaleza mediante campamentos y actividades que tienen como objetivo facilitar el desarrollo físico, intelectual y social. En su cuarto de siglo de trayectoria, es conocida, sobremanera, por su granja-escuela, que permite a los alumnos de colegios del mundo urbano acercarse a la vida rural a través del contacto directo con los animales domésticos, entre ellos, los gatos "Pipo" y "Gominola", los perros "Niebla" y "Xana", la cerda "Linda", y los burros "Platero" y "Rogelio".

En este paraíso natural, los más "urbanitas" también se familiarizan con la agricultura mediante el cultivo de una huerta con diferentes verduras y hortalizas; y descubren la transformación de productos primarios. El objetivo de estas experiencias es transmitir a los pequeños sensibilidad por la conservación y el cuidado del medio ambiente.

Quienes acuden a este rincón de Riberas de Pravia, en el concejo de Soto del Barco, también se divierten en talleres de manualidades, expresión y animación, deportes y mucha aventura, ya que el programa incluye desde tenis a tiro con arco, pasando por natación en la piscina de la finca, minigolf, rutas a caballo, béisbol y senderismo.

Además de disfrutar de las abundantes propuestas en el interior de la finca, los menores participan en rutas e itinerarios por el entorno, tanto en la costa y la montaña. Los campamentos forman también parte importante de la oferta de La Bouza: los hay de idiomas, especializados en deportes, tecnológicos, de cocina y de teatro, siempre buscando a través del ocio y el entretenimiento una meta educativa.

Igualmente, La Bouza promueve actividades para el núcleo familiar con la idea de fomentar el desarrollo emocional de los pequeños y fortalecer el sentimiento de pertenencia y los lazos con sus seres queridos. Así, este entorno abre las puertas todos los domingos del año a las familias para descansar, jugar, disfrutar del aire libre, cuidar a animales como "Valentín" -un cerdo vietnamita-, o participar en un taller de reciclaje y otro de cocina en el que se elaboran bizcochos y rosquillas caseras.

Asimismo, este núcleo rural del concejo de Soto del Barco es utilizado por las familias para la celebración de originales cumpleaños y comuniones y también por grupos de adultos para festejar despedidas de soltero, una actividad en auge.