El pescador sotobarquense Avelino Suárez tenía 40 años cuando el mar se lo tragó hace siete años a la altura de Punta Austera, en las inmediaciones de la Concha de Artedo, en el concejo de Cudillero. Su familia nunca recuperó el cuerpo. Ahora sus amigos y allegados han organizado un homenaje en su recuerdo que se celebrará el domingo por la mañana, a partir de las 10.00 horas.

Pedro García y José Luis Areces, amigo y primo del marinero fallecido, respectivamente, se desplazarán con dos buzos profesionales en la lancha "Jara", la misma en la que navegaba Suárez el día que desapareció, hasta Punta Austera. Allí anclarán una cruz de unos setenta centímetros de alto elaborada por el pixueto Miguel Suárez. Las personas interesadas podrán seguir el trabajo de los buzos desde uno de los miradores de Cudillero, concretamente el existente en una de las entradas a la villa por la carretera CU-3.

A Avelino Suárez le gustaba la mar. Aquel fatídico día, una tarde de viernes 23 de julio de 2010, el pescador natural de Soto del Barco había salido en busca de salmonetes. Pero no regresó a la hora. Dos marineros dieron la voz de alerta de madrugada: la lancha "Jara" estaba a la deriva, sin ocupante, en las cercanías de la piedra Austera. Tenía las luces encendidas y estaba cerca del litoral.

Pocas horas después la familia chocaba con la cruel realidad. El pescador no volvió nunca a casa. Avelino Suárez dedicó su vida a la mar y según sus compañeros conocía la zona donde se encontró su embarcación. Su muerte tiñó de negro el Cantábrico. De Avelino Suárez su familia solo recuperó sus botas, halladas a varios metros de profundidad en aguas de la Concha de Artedo.

Ahora, siete años después, los amigos y familiares de Avelino Suárez han decidido rendirle tributo y dejar un recuerdo del pescador. "En la lancha 'Jara' iremos Areces y yo, más los dos buzos. La maniobra para anclar la cruz será rápida, unos veinte minutos", explicó uno de los impulsores del homenaje a este sotobarquense estrechamente ligado a la cofradía de pescadores de San Juan de la Arena que murió donde más le gustaba estar: en la mar.