La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dieciséis horas de pedal para ver Ávila

Un pequeño pelotón del Grupo Cicloturista Ensidesa realizó una ruta especial que le llevó a la ciudad amurallada tras rodar 416 kilómetros y subir dos puertos de montaña

El pelotón, en un momento del recorrido de su viaje a Ávila.

Myriam MANCISIDOR

Son colegas, y sobre todo amantes de un deporte que tiene bastante de adictivo: el ciclismo. Esta pasión por las dos ruedas llevó hace once años a un pequeño pelotón del Grupo Cicloturista Ensidesa a realizar una "ruta especial". Entonces pedalearon de Avilés hasta Santiago de Compostela del tirón y decidieron que cada mes de julio rodarían hasta capitales de provincia del norte de España. Han estado por tierras gallegas, y también por Castilla y León. De la meseta les falta solo Soria, porque con Ávila cumplieron el pasado sábado día 29. Salieron de Avilés de madrugada y tras 16 horas pedaleando, una veintena de asturianos vinculados al Grupo Cicloturista Ensidesa entró en la ciudad amurallada.

"Esta es una de las rutas más largas que hemos hecho (416 kilómetros) porque normalmente elegimos destinos a unos trescientos kilómetros", explica uno de los seis fundadores de este pelotón estival, Raimundo García, más conocido por "Rai". García es médico de urgencias del Hospital San Agustín y profesor externo de estudios de tercer ciclo de Técnicas Biomédicas de la Universidad de León. Agrega, respecto al grupo: "Somos personas de todas las edades, aunque la media es de unos 35 años. Normalmente hacemos rutas de resistencia y nos preparamos para este tipo de itinerarios largos". En el pelotón de verano hay personas que nunca compitieron y otros como Juan Nicieza, campeón de ciclocross en España.

El equipo se entrena a conciencia para alcanzar sus metas: "Dos o tres meses antes de hacer la ruta hacemos salidas más largas". También le dan la importancia que merece a la nutrición. Una vez en carretera suelen ir a relevo por kilómetro para distribuir el "peso" de la marcha; es decir, a cada kilómetro uno de los integrantes del pelotón se pone a la cabeza "a tirar" del resto. Los que circulan con flojera van a rueda y los demás suelen ir alternándose el liderato. "Así llegamos todos", puntualiza. De Avilés a Ávila el pelotón dedicó 16 horas, salvó con un desnivel positivo de 3.900 metros y subió dos puertos: Pajares, de primera categoría en el panorama ciclista internacional y El Rabizo. La velocidad media fue de 26 kilómetros por hora bajo un sol, a veces, abrasador.

"Vamos con una furgoneta de apoyo donde llevamos agua, comida?", dicen. Durante el trayecto, los ciclistas realizaron algunas paradas casi obligatorias. La primera, en Villamanín. "Solemos hacer un alto para tomar un café y reagruparnos porque el puerto de Pajares cada cual lo sube al ritmo que puede", confiesa Rai García. La segunda parada en Torrelobatón, Valladolid. La última ya en Ávila, a unos pocos de kilómetros de la ciudad.

Hasta la capital abulense viajaron sin escolta policial. Pero iban bien preparados, también en lo que a seguridad se refiere. "Normalmente rodamos agrupados y llevamos luces reflectantes en distintos sitios de tal forma que se nos ve a mucha distancia", afirma García, que hace una confesión con sentido del humor: "Cuanto tocamos tierra después de 16 horas dándole al pedal... ¡más que las piernas, duele el callo que se forma en las posaderas!". El próximo año, los avilesinos volverán a pedalear en comunión, bien hacia Soria, bien hacia La Coruña.

Compartir el artículo

stats