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El viola avilesino Luis Magín ya es catedrático

El músico da clase en el Conservatorio Superior de Oviedo y ultima un libro sobre la historia del instrumento en España

Luis Magín. MARA VILLAMUZA

El músico avilesino Luis Magín ya es catedrático de viola. Tras 20 años sin que se convocaran en España plazas de cátedras, en Asturias se abrió la espita en el año 2014. Y, tras muchos recursos, la resolución acaba de salir. De las 40 cátedras que se convocaron en Asturias, abiertas al ámbito nacional, una la consiguió este profesor del Conservatorio Superior de Oviedo y presidente de la Asociación Española de Viola. "Estamos viviendo un momento de cambios a nivel nacional en las enseñanzas artísticas superiores y la convocatoria de las cátedras sugiere que derivará o bien en la integración en la Universidad o bien como escuelas adscritas a la misma, puede ser el impulso que nos lleve a una integración en el espacio superior europeo", apunta Magín.

Consolidar los centros superiores de música, por tanto, es el camino marcado, y con la concesión de las cátedras el próximo curso será de cambios en el Conservatorio Superior. "Solo somos nueve los catedráticos que ya estábamos ejerciendo en el conservatorio", explica. La movilidad, pues, será grande, ya que todos los docentes hasta ahora estaban en comisión de servicios, y la cátedra es la que les permite consolidar los puestos. Para optar a estas plazas se exigían unos requisitos específicos que incluían ocho años de antigüedad en el cuerpo y un doctorado o máster con investigación.

Precisamente a raíz de la cátedra, Magín se centró en la publicación de una tesis y de otros trabajos. La novedad dentro de esa producción es un libro, que ya va por la segunda edición, sobre un compositor catalán con mucha obra compositiva y didáctica para viola: Francisco Fleta Polo. "En el libro desgloso sus tres facetas de violista, compositor y profesor. Es uno de esos personajes de la posguerra española que son desconocidos", apunta. El interés que despertó la publicación hizo que la primera edición se vendiera rápidamente, sobre todo en tiendas especializadas.

A la primera presentación del libro, que el autor realizó en Madrid, acudió el hijo de Francisco Fleta Polo, y el propio compositor catalán, que ahora tiene 86 años, quiere participar en una segunda presentación en Barcelona. "Tengo relación directa con él, me facilitó todas las fuentes", afirmó Magín. El avilesino dio con Fleta Polo a partir de los estudios previos realizados sobre música española para viola. "Vi que tenía obras y métodos, y empecé a interesarme por su trabajo y a descubrir cosas muy interesantes de su estilo de composición y de los fundamentos sobre los que basa su didáctica, que son muy peculiares. Es un hombre forjado a sí mismo, casi no salió de España y aprendió a componer como músico dentro de la orquesta, escuchando las sonoridades. Escribe directamente al piano lo que le sale y prácticamente no corrige", explica Magín.

La actividad de investigación de Luis Magín se centra ahora en su segundo libro sobre la historia de la viola en España, que espera tener listo a final de año. "En este campo está todo por hacer. Mi intención es que todo este material sea de acceso para la comunidad musical, es un trabajo para que esté a disposición de los alumnos e investigadores, que tengan un sitio donde mirar, que sea accesible y que difunda la labor de los artistas españoles".

Por otra parte, Magín acaba de dirigir la Academia de Verano de Colombres, un curso que se organizó en julio, por segunda vez, en colaboración con el Ayuntamiento de Ribadedeva, que plantea una semana de perfeccionamiento y tecnificación musical. "Nos juntamos una serie de profesores de forma intensiva para trabajar con alumnos de toda España", explicó. Además de las clases diarias se ofrecen talleres paralelos, como de taichí para músicos, charlas de lutería, y conciertos.

"Fue una semana muy intensa, la gente queda maravillada. Tuvimos 20 chicos de distintas procedencias: Cataluña, Castilla-León, Galicia... La particularidad del curso es que es muy selectivo", apuntó. Tanto es así que el máximo previsto es de 6 o 7 alumnos por profesor. "No es un curso masificado, la propia naturaleza del mismo no lo admite". El balance de este curso, que nació para quedarse, es muy positivo: "La gente quedó muy contenta del avance, y también de Colombres y del entorno".

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