Los usuarios de Ferrota denuncian que el campo de fútbol "está lleno" de excrementos de perros por la dejadez de muchos dueños de animales. Una queja que se suma a la de numerosos vecinos de Piedras Blancas y Salinas, que desde hace tiempo reclaman a los responsables municipales una campaña de concienciación para recoger las cacas en las zonas públicas. Los residentes se quejan de que algunos propietarios no cumplen con la normativa que obliga a retirar los excrementos de las aceras, parques, playas y otras zonas públicas.

Las quejas llegan desde distintos sectores de la sociedad castrillonense. "Llegamos a entrar al campo de fútbol y está lleno de excrementos de perro", aseguran desde el club de fútbol Hispano. Familias, entrenadores y personal de mantenimiento sostienen que hay vecinos que llevan a sus perros a las zonas deportivas y no recogen las cacas. La entidad tiene una escuela deportiva con más de 200 niños que entrenan en las instalaciones. "Si nos ven entrenando, algunos vecinos recogen los excrementos, pero hay otros que no lo hacen", dicen. Los afectados sostienen que, además de cumplir las normas, los vecinos con perros deberían pensar en los niños que juegan en las instalaciones: "Es un asunto de salubridad pública".

La presencia de cacas en las playas también levanta quejas. Hasta el 15 de mayo, está permitido llevar a los perros a las playas del concejo, pero atados. "El buen tiempo de estos días permite que mucha gente vaya a las playas a pasear o a hacer deporte pero, en algunos casos es un problema por los perros sueltos", se queja Pablo García, un usuario. "Tuve que dejar de correr por la playa por los perros sueltos", señala Rogelio Álvarez, otro habitual de los arenales.

En los últimos días, la Policía Local ha incrementado la vigilancia, al menos en la playa de Salinas, la de más afluencia de ciudadanos, para evitar que los perros moleste. "Salinas tiene un parque para perros, el primero del concejo y donde los canes pueden estar sueltos pero apenas hay usuarios. No entiendo que se gaste el dinero público y no se utilice", subraya Eva García, que acostumbra a pasear, en algunas ocasiones con su perro. "Lo llevo atado porque es mi obligación y por su seguridad pues hay muchos canes sueltos y temo que le pase algo", indica. "Una campaña de concienciación sería una solución aunque hay gente que tampoco haría caso porque se queja hasta de ver a la policía", afirma García.