"La seronda ye pa forrar", se oyó comentar a mediodía en la pista polideportivo de La Callezuela, en Illas, durante la feria de otoño. Y no es para menos. La estación otoñal está pensada para estómagos agradecidos, es la época de la matanza y del picadillo, también de las castañas y de la primera sidra de la temporada, la dulce. También es tiempo de degustar casadiellas y, ya que la fiesta es en Illas, de un rico queso de La Peral. Como buenos "serondiegos", los illenses ofrecen parte de la rica gastronomía otoñal al público que acude tal día como ayer al concejo.

Juan José Fernández fue el encargado de amagostar las castañas. Y así lleva años y años. Durante los dos días de la feria prepara trescientos kilos de castañas de Piniella. A su lado, sus compañeros de la asociación cultural de su parroquia, venden sidra dulce. "Trajimos 1.300 kilos de manzanas de Piniella, las mejores de Asturias", explica Fernández, que apunta además que su colectivo muestra in situ todo el proceso para elaborar sidra, con llagar incluido. A su lado, José Luis Álvarez, Rubén Dosantos y Godofredo Labrador pelan castañas.

La asociación de mujeres "Alba" se encarga de las casadiellas, de las marañuelas y de las bollinas. Tienen un puesto en el polideportivo aunque un grupo de socias del colectivo también elabora casadiellas de nuez, crema y de aire -"sin rellenar"- en la casa escuela de La Callezuela. "Llevamos ochenta kilos amasados", afirma Charo Fernández, mientras conversa y trabaja en compañía de Tinina Busto, Conchita González, Josefina González, Acacia Fuertes y Maribel Galdeano. Estas dos últimas son las encargadas de amasar. Son de Piniella, La Callezuela y La Peral; en definitiva, todas de Illas y de la asociación de mujeres "Alba".

Al tiempo suena la gaita y el tambor y la pista polideportiva y calles aledañas comienzan a llenarse de público. El aparcamiento es escaso, dicen algunos, al tiempo que otros consideran que es suficiente. Hay quien prefiere pasear por los puestos de artesanía, entre cestas, manualidades hechas a base de lana o bisutería y demás, pero la mayoría quiere llenar el estómago. Y por eso no dudan en degustar un bocadillo de picadillo de jabalí, hamburguesas o un trozo de queso autóctono. Lo venden, entre otros, Sonia Castelo y su sobrino David Castelo que hablan de que la comida es la base del otoño, y por tanto, en asturiano, de la seronda. "En otro tiempo, ya hacía más frío y comeríamos más", explica Daniel Fernández, que se declara fiel a la feria de la seronda en Illas, a la que tampoco faltó el Alcalde, Alberto Tirador, que conversaba con vecinos y los responsables de los puestos.

Los niños también tuvieron su hueco en una jornada en la que el grupo "Ximielga la Saya" dio una exhibición de bailes asturianos y los illenses comieron, bailaron y degustaron la primera sidra de la temporada. "Qué rica está, la que más me gusta es la sidra dulce por eso me encanta venir a la seronda de Illas", destaca María Menéndez, que como gran parte de los asistentes degustó castañas, probó el picadillo de jabalí, y de postre se relamió con una casadiella de nuez.