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CAROLINA MARTÍNEZ | Catedrática de Derecho del Trabajo en la Universidad de Oviedo

"La mujer aún se inclina por profesiones ligadas a los cuidados, hay pocas ingenieras"

"La política no puede vigilar que el hombre aspire el salón de su casa para que el niño lo aprenda, eso depende de la educación familiar"

Carolina Martínez. M. VILLAMUZA

Carolina Martínez Moreno, catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Oviedo, visitó ayer la ciudad como ponente de la "IX Jornada Feminista de Avilés", un evento organizado por la Concejalía de Igualdad. La experta centró su conferencia en la "segregación por género" en el ámbito laboral español y en el "fracaso" de las medidas de conciliación estatales.

- ¿Siguen las mujeres relegadas al ámbito doméstico?

-Puede dar esa impresión, pero no creo que sea técnicamente así. Cuando se habla de la incorporación de la mujer al ámbito laboral caemos en una falacia. La mujer tuvo mucha presencia en la evolución industrial y, después de unos años de parón, se reincorporó. Y ahí seguimos. El problema es que, una vez dentro del ámbito laboral, hay segregación.

- Los roles de género.

-Sí. Hoy la mujer sigue inclinándose a estudiar profesiones más relacionadas con los cuidados, pocas chicas quieren estudiar, por ejemplo, ingeniería informática. Partiendo de la premisa obvia de que hombres y mujeres tiene la misma valía, esa segregación no tiene sentido. Y al llegar del trabajo, los datos demuestran que el trabajo doméstico sigue recayendo sobre ella.

- ¿Y los ascensos?

-Ahí sí que se ve perfectamente esta diferenciación. Decía antes que estamos integradas, y es cierto, pero nos cuesta mucho avanzar en nuestra carrera, ocupar puestos de relevancia. Muchas mujeres postergan su carrera profesional para formar una familia.

- Aunque su marido siga subiendo puestos.

-¡Sí! Y se ve como algo positivo. Por ejemplo, una mujer en sus treinta años en una entrevista de trabajo va a crear dudas. Porque piensas, bueno, si dentro de dos años quiere tener un hijo va a haber problemas de conciliación. Pero, sorpresa, con un hombre pasa justo lo contrario. Lo ves como un tipo responsable, da confianza porque vemos ese rol de cabeza de familia que tiene que trabajar y ser responsable para mantener a su familia. Y, claro, sube.

- ¿Y la conciliación?

-No existe. O existe, pero no funciona nada bien. La corresponsabilidad sigue sin aplicarse, en la práctica. Y es extraño, porque en verdad hay medidas políticas que, en teoría, tienen sentido. Pero algo falla por el camino que hace que, al final, los resultados no concuerden.

- La conciliación también depende de la jornada laboral

-Sí. Y España tiene un gran problema con eso. El síndrome del presentismo, se llama: llegar el primero y salir el último.

- O cuando se vaya el jefe.

-(Ríe). Sí, más bien. Y eso hace que la conciliación familiar sea inalcanzable.

- ¿Falla la educación?

-Eso seguro. La política llega hasta donde llega. Es decir, no va a haber un comisario en cada casa vigilando que el hombre aspire el salón para que el niño lo vea y lo aprenda. Hay estudios que denotan un atraso en materia de igualdad entre los más jóvenes. La educación, ahí, falla de forma clara.

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