La Fundación del Centro Niemeyer, entidad que gestiona el centro cultural de la ría, está a punto de saldar su deuda con los proveedores que se vieron afectados por la crisis de la etapa anterior: 1,6 millones de euros de un agujero total de 3,4 millones. La entidad pagará en el primer trimestre de 2018 los últimos 325.000 euros que adeuda a empresas que trabajaron y prestaron servicios al centro mientras lo dirigía Natalio Grueso. Será entonces cuando la Fundación empiece a devolver lo que adeuda al Principado, 1,8 millones de euros (de estos, 1,2 por las subvenciones recibidas e indebidamente justificadas). Lo hará, como establece el convenio, en cinco años, y en partidas de 358.836 euros cada uno.
Fuentes próximas a la entidad explicaron que en el primer trimestre de 2018 el Niemeyer saldará la deuda con las empresas y se superará el ecuador de ese camino de diez años para restituir la situación económica del centro, que llegó a soportar en 2012 una losa de casi 3,5 millones de euros de deuda que casi acaba en quiebra técnica.
"Se está cumpliendo puntualmente el compromiso de los patronos públicos y privados gracias a un plan de viabilidad realista que acaba en 2022. De esta forma, la Fundación del Niemeyer está manteniendo sus compromisos de pagos con los acreedores privados y públicos al tiempo que se están cumpliendo los objetivos fundacionales con un crecimiento paulatino y sostenido en programación, prestigio y asistencia de público", destacó el director de la Fundación del Centro Niemeyer, Carlos Cuadros.
Las limitaciones presupuestarias del complejo son de sobra conocidas, pero pese a las apreturas económicas, el presente y futuro es optimista a ojos de Cuadros. "Se está llegando a acuerdos con empresas e instituciones españolas y extranjeras que hacen posible la programación de espectáculos y exposiciones cada vez más importantes". Prueba de ello es el importante incremento en la repercusión y en la asistencia de los espectadores que estamos constatando en 2017. El Centro Niemeyer es así un proyecto de largo recorrido, saneado y dispuesto a seguir evolucionando en prestar un servicio de excelencia a la ciudadanía".
El Niemeyer aún tiene otros cinco años por delante para acabar de tapar el agujero económico derivado de los primeros años de actividad de la Fundación, una etapa que dirigió Natalio Grueso y en la que supuestamente se cometió una serie de irregularidades. Éstas se dirimirán en un juicio que se celebrará previsiblemente a lo largo del año que viene en la Audiencia Provincial, en Oviedo. Quienes al fin pueden respirar tranquilos son los empresarios que se vieron afectados por la crisis que vivió el centro en sus orígenes; muchos ya han cobrado, y los que quedan están a punto de hacerlo.
