Los propietarios de bares de Versalles llevan semanas en alerta por los constantes robos. En la madrugada del jueves, un ladrón reventó la puerta de cristal de un establecimiento ubicado en la calle Reconquista y se llevó la recaudación de la máquina tragaperras. Esta vez, el caco decidió desplazarse en bicicleta que, según detectaron las cámaras de seguridad del local, aparcó justo a la entrada. El propietario de otro bar próximo al atracado, víctima también de varios robos, persiguió al individuo calle arriba. "No lo pillé por los pelos, pero le puse nervioso y tiró parte del botín", asegura.

El atraco se produjo a alrededor de la una menos cuarto de la madrugada en el bar El Parque, situado en el número 11 de la calle Reconquista. "Aparcó la bici tranquilamente en la puerta, pilló la tapa de una alcantarilla, tomó impulso y reventó la puerta. No le llevó ni dos minutos destrozar la tragaperras y marcharse", relata José Antonio Rodríguez, propietario del local.

En la calle Paz, paralela a la del local atracado, hay otro bar. Su propietario alertó de la presencia del caco. "Un cliente que se iba volvió corriendo diciendo que estaba escuchando ruidos de cristales. Me atracaron varias veces en los últimos meses y sé cómo va la cosa. Salí corriendo con el móvil en la mano para intentar pillarle", apunta. La persecución, no obstante, no llegó a buen puerto por las "dos ruedas" del delincuente. "Por rumores del barrio me decían que algunos de los que atracan por aquí viven en un portal de esa calle. Decidí atajar y esperar ahí a ver si lo veía. Tendría que haber seguido detrás de él directamente. Además, iba encapuchado y no pude verle la cara", lamenta.

El propietario destaca también la rapidez de la Policía Local. "Llegaron en cuestión de minutos. Si seguimos así, al menos, estos tipos verán que cada vez es más difícil salirse con la suya. La verdad es que el barrio entero está indignado por esto de los robos pero la vigilancia policial es inmejorable", explica.

El ladrón perdió por el camino un par de cajones de la tragaperras atracada. "Los encontramos vacíos, pero el susto se lo llevó seguro", opina Rodríguez. Mientras escapaba, tiró también la maza empleada para reventar la máquina de juegos y, según el otro dueño, "desapareció" próximo a la calle Fruela: "Seguro que vive por la zona y entró en su portal".