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Psicólogo, es autor del programa "Tutoría entre iguales"

Andrés González Bellido: "Si evitamos los insultos de baja intensidad tipo 'Dumbo' no tendremos acoso escolar"

"El acosador necesita público, sus compañeros; si dejan de reírle las gracias acaba por no hacer daño, y esto no es magia, es sentido común"

Andrés González Bellido, ayer, en el Centro del Profesorado de Avilés. M. V.

Andrés González Bellido, licenciado en Psicología, catedrático en Orientación Educativa y experto en convivencia y gestión de conflictos, es el autor del programa "Tutoría entre iguales" que desarrollan cerca de mil centros de Primaria y Secundaria en España y Latinoamérica y que en los próximos meses se aplicará en colegios e institutos de Avilés. Está dirigido a la mejora o modificación del clima y la cultura del centro respecto a la convivencia, los conflictos y la violencia. Bellido se encuentra en Avilés para formar a los docentes de los centros que apuestan por este método en su programación.

- ¿Cuáles son las líneas generales del programa?

-El objetivo es sensibilizar a la comunidad educativa de la importancia que tiene la violencia ya que una parte de ésta se ha convertido en algo habitual. El "¡gordo!", el "¡elefante!", el "¡Dumbo!" son tan normales que no se consideran violencia, y esos términos hacen daño. Este programa pone el énfasis en las pequeñas cosas que facilitan la convivencia, buscamos que los alumnos sepan, mediante la empatía, que hay ciertos comportamientos de exclusión o de motes, apodos o insultos de baja intensidad que causan malestar. Si evitamos los insultos o violencia de baja intensidad evitamos la violencia de alta intensidad porque no se produce nunca una agresión física si no ha habido antes una de exclusión o verbal.

- ¿En qué consisten las tutorías entre iguales?

-El programa utiliza la tutorización emocional entre iguales, que es tener un compañero de referencia dos años mayor. En el caso de Secundaria, los alumnos de tercero son tutores de los de primero; en Primaria, los de quinto lo son de los de tercero, y en Infantil, los de 5 años son tutores de los de 3 años.

- ¿Qué proceso sigue?

-En Primaria y Secundaria partimos de un proceso de desaprendizaje o de concienciación de las conductas que hacen daño para después crear otras positivas. En Infantil, este aspecto no se ha de trabajar porque no se han creado dichos comportamientos negativos, por lo tanto se inicia un proceso de generación de conductas positivas a través de modelos igualmente positivos. Y es que los valores, las normas, las conductas positivas no se aprenden de forma abstracta, sí a partir de modelos positivos. Con todo esto conseguimos el objetivo final del proyecto, que es crear un clima en el centro que favorezca una convivencia favorable.

- ¿Quiénes van a evitar estas actitudes dañinas?

-Ni los profesores ni la familia, la fuerza del grupo es la que evita el acoso. Estadísticamente, del 15% de estas situaciones se enteran los profesores, de otro 15% las familias y más del 90% son conocidas por los alumnos. Hay una característica que define al acosador y es que tiene que tener público, que está formado por sus compañeros. Si a partir de ahora no le ríen las gracias, no lo refuerzan ni se callan, acaba no haciendo daño. Y esto no es magia, es sentido común. Hemos de hacer un centro que sea positivo, donde las conductas sean aquellas que no hacen daño.

- Entonces, ¿se trata de trabajar desde lo positivo?

-Sí, pero sabiendo que hay límites y que no se pueden pasar. Hemos de reproducir modelos positivos sin caer en el buenismo.

- ¿Cree que hay una tolerancia muy alta hacia la violencia por parte de la gente joven?

-Sí, porque no ha habido alguien que, mediante la empatía, le demostrara que hay conductas que tenemos sistematizadas que hacen daño.

- ¿La normalización de la violencia es un reflejo de la sociedad actual?

-La sociedad es un impedimento, pero nunca una justificación. El profesorado debe garantizar el respeto de los alumnos cuando estén en el aula y los entornos educativos pueden modificar los familiares.

- ¿Este programa incluye a los padres?

-Ellos también tienen un proceso de formación, se les explica qué pueden hacer por sus hijos cuando están en el colegio. Se les dan una serie de pautas, entre ellas que se quejen cuando lo consideran necesario, pero sin instalarse en la queja. La comunidad educativa está formada por tres elementos: alumnos, profesores y familia, por lo que hay que trabajar juntos. Aunque es cierto que a nivel general hay miedos del profesorado hacia las familias, y eso hay que romperlo

- ¿El profesorado está preparado para afrontar casos de violencia?

-Un aspecto fundamental del programa Tutoría entre iguales (TEI) es la preparación del profesorado porque carece de una formación específica sobre prevención de violencia y acoso escolar. Se hace un proceso de sensibilización para no permitir situaciones como "cuatro ojos", "orejas de Dumbo" o "elefante". Cuando ocurra esto hay que intervenir. El primero que cambia la mirada es el profesorado de un centro con este programa; luego se forma a los alumnos y también a las familias. El paso siguiente es estar en una ciudad TEI, donde todos los centros de Infantil, Primaria y Secundaria llevan este proyecto, más los monitores de comedor, de extraescolares, deportivos y servicios sociales. Si cambiamos la conducta dentro de los centros educativos, modificas la ciudad.

- ¿Hay una implicación de los centros avilesinos?

-Estamos haciendo la formación de 19 centros de las diferentes etapas.

- ¿El teléfono móvil es ahora una poderosa herramienta de agresión?

-Hay un 18% de situaciones de violencia que es compartida entre bullying y ciberbullying. Unas nacen en los centros educativos y se desarrollan a través de las redes y en otras ocurre lo contrario. Por eso, ¿hasta qué punto un centro puede intervenir en el ciberbullying? Casi nunca, ya que los ordenadores están bloqueados y teóricamente no se permite el uso del móvil. Entonces, el acoso a través de la red se realiza fuera del centro y el docente no puede controlarlo. Si no se dejan los teléfonos, las posibilidades de hacer situaciones de ciberbullying dentro de los entornos educativos es casi cero.

- ¿Qué se debe hacer?

-Los centros tienen la responsabilidad del proceso de educación. Hay que concienciar que cada vez que haces eso y alguien dice " me gusta", los culpables son, tanto el que lo hace como el que lo aprueba porque legitima esa conducta. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es un empoderamiento de los alumnos y un proceso de sensibilización para que cuando se envía esto, alguien diga que se está pasando, y no reforzando las conductas, que es lo que hacemos socialmente.

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