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JUAN RAMÓN FUENTES | Autor de "Illas en el catastro de la Ensenada y la rebelión de 1817"

"Durante décadas, Illas manifestó su deseo de independizarse del concejo de Avilés"

"La separación se produce en un contexto liberal, aunque es algo apresurado hablar de un sustrato de esta ideología en la zona"

Juan Ramón Fuentes, con su libro sobre el concejo de Illas. RICARDO SOLÍS

La Callezuela,

Saúl FERNÁNDEZ

El profesor de Secundaria Juan Ramón Fuentes Jiménez (Madrid, 1969) acaba de publicar el libro "Illas en el catastro de la Ensenada y la rebelión de 1817" (El Sastre de los Libros, 2017), su tercera monografía sobre el municipio asturiano.

-Hábleme de la rebelión de Illas.

-Este libro es un análisis más profundo de "Tratado de Illas". Este estudio se publicó en diciembre de 2017, aprovechando que se cumplía el segundo centenario de la rebelión. En 1817, fue la primera vez que Illas no tuvo alcalde. Pero, ojo, como concejo dependiente, como alfoz, como coto privado de Avilés. Esto no había sucedido antes y tampoco era común en el resto de los términos dependientes de otros más grandes.

-¿Y qué sucedió?

-Hubo una reunión extraordinaria en el Ayuntamiento de Avilés justamente el 31 de diciembre de 1816 porque tuvieron noticia de que no iba a haber alcalde en Illas. El 1 de enero de 1817 se celebró otra reunión. La de comienzos de año era la sesión tradicional en la que los alcaldes pedáneos bajaban a Avilés a recoger la vara de mando y dar el yantar de vino y bizcochos. Aquel día no se presentó el de Illas. Era Domingo González Casadonga.

-¿Y por qué no se presentó?

-Porque Illas entiende que es un Ayuntamiento ordinario, como el de Avilés, y que, por tanto, no tiene por qué estar sometido a otro ayuntamiento.

-¿Eso era verdad?

-No, eso no era cierto. Me va a permitir que haga un paralelismo que ya se puede imaginar cuál es: la situación actual de Cataluña. Por mucho que se proclamen república hay unas reglas de juego que se llaman Constitución. Echando mano de ese paralelismo, en Illas vino a ocurrir algo similar. El concejo está tutelado por Avilés desde principios del siglo XIV y desde entonces, y hasta 1835, que es cuando se independiza, protagoniza una serie de episodios de resistencia, de sublevación...

-¿Por qué quería deshacerse de Avilés?

-Para responder a esta pregunta hay que ir al contexto histórico. ¿A qué me refiero? Al liberalismo político. El Antiguo Régimen está cayendo: se había aprobado la Constitución de 1812, "La Pepa". Hubo una ocupación francesa en España, el regreso de un rey absoluto... En este contexto es cuando los illenses deciden constituirse en Ayuntamiento ordinario. España en aquellos años vive un auge del liberalismo que aboga por la democracia.

-¿Acaso había un sustrato de liberales en Illas para que, por la Constitución de 1812, se optara por la independencia?

-Hablar de un sustrato de liberales en Illas igual es demasiado apresurado, pero lo que sí podemos deducir es que había una ideología liberal presente en el concejo. Era la atmósfera del momento, era el ambiente general de aquellos años. Al final, la expansión de las ideas es factible, tarde más o tarde menos.

-¿Quién era Domingo González Casadonga?

-Su padre había sido, anteriormente, alcalde de Illas. Nombrado por Avilés y, además, solemnemente. Había aceptado el cargo sin reparos. González Casadonga es el hijo. En 1817, decide no presentarse en Avilés. Lo decide junto con el de Castrillón. Los dos piensan que dirigen ayuntamientos ordinarios. Es fácil deducir de ahí que esta gente no está, obviamente, en una sintonía de monarquía absoluta y que tampoco comulga con el ideario político de Avilés, que sí era más tendente al absolutismo. Estas son conclusiones a las que se puede llegar porque, si no, hubieran aceptado seguir siendo unos pedáneos de Avilés. Me parece que las cosas suceden en los contextos y el que tenemos en aquellos años tenemos la lucha del absolutismo y el liberalismo.

-¿Qué hizo el Ayuntamiento de Avilés para despertar el afán independentista en el territorio de Illas?

-Lo que sucedió después fue un litigio: Avilés litiga en la Real Audiencia del Principado. Presenta argumentos en su favor: el alcalde de Illas tiene que ser nombrado por Avilés en virtud de reales órdenes y otra documentación historiográfica. Toda esta documentación siempre prescribe que Illas es un coto privado de Avilés. Esto viene siendo así desde 1309. En marzo de 1817, la Audiencia falla a favor de Avilés y condena a costas y a multas a los ciudadanos de Illas.

-De acuerdo, pero ¿hubo algo que ordenó Avilés que no gustó a Illas?

-Sí, sí... El 7 de septiembre de 1309, en Algeciras, el rey Fernando IV decide conceder a la villa de Avilés una serie de alfoces. A partir de ahí, hubo una serie de desencuentros con Avilés con el objetivo de recuperar Illas su propia independencia. Durante cinco siglos hubo una serie de desencuentros entre los dos municipios. Permanentemente, Illas manifestó su deseo de independizarse del concejo de Avilés, una y otra vez.

-¿Por qué un libro entero sobre todo esto?

-En el "Tratado de Illas" escribí un panorama completo de la historia del municipio. En aquel libro, esta rebelión aparece mencionada, pero no analizada. Me centro en este período por profundizar en él. Además, el catastro de Ensenada nos aporta datos fundamentales de la historia local, por ejemplo, que la mitad de la extensión del municipio era un terreno inculto, peñascoso, gravoso, de mal acceso y que se tardaba en recorrer a pie ocho horas. Por ejemplo, hoy hay un montón de bares, restaurantes... bueno, pues en el siglo XVIII sólo había una taberna, en La Peral. Había dos vinateros que vendían 900 litros de vino al año y que eso reportaba 160 reales.

-¿Va a presentar este libro?

-Estoy pendiente de ello, aunque no tenía mayor intención de presentarlo porque yo quería obsequiar con él por haber venido a la presentación del anterior libro: la guía de Illas.

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