España y Portugal remitirán a la Comisión Europea nueva documentación para defender que no se cierre el caladero de sardina tanto en aguas cantábricas como en las de Portugal y el sur de España. El secretario general de Pesca, Alberto López-Asenjo, y el secretario de Estado das Pescas de Portugal, José Apolinario, acordaron aportar información para aclarar las dudas planteadas por Bruselas. El objetivo es garantizar "un equilibrio entre las vertientes medioambiental, económica y social, permitiendo una recuperación del stock y el mantenimiento de la actividad de la flota".

López-Asenjo defiende que el plan de gestión de la sardina debe garantizar "una recuperación de la biomasa pero, a la vez, debe permitir mantener los puestos de trabajo y un nivel de capturas acorde, ya que existen zonas de España y Portugal muy dependientes de ese recurso". Esas flotas, a juicio del secretario general de Pesca, se verían "seriamente afectadas por una disminución de las capturas propuestas o el cierre de la pesquería". España y Portugal intentan contrarrestar los informes científicos, como el del CIEM, que recomiendan cerrar el caladero en el Atlántico.