Llaranes es un barrio unido y lo demostró ayer en su Semana solidaria, que culminó con el un mercadillo, la comida popular y varias actuaciones musicales. Los trabajadores del antiguo economato de Ensidesa pusieron la nota reivindicativa para solicitar una reunión entre el Principado y la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) con el objetivo de arrojar luz a la situación laboral de los empleados. "Seguimos igual que estábamos, nadie mueve ficha, tenemos el apoyo de los vecinos", expresaron Alicia Nuevo y Marta Menéndez, ambas trabajadoras del economato.

El mercadillo y la misa de campaña, que incidió en la necesidad de estrechar lazos y cargó contra la sentencia judicial de "La Manada", congregaron a cientos de vecinos en la plaza Mayor. Todos querían colaborar con la iniciativa solidaria, cuyos fondos se reparten entre Cáritas, promotor de la cita, y acciones sociales en Guatemala. Carmen Gutiérrez y Digni Villa le dieron el toque más dulce a la jornada con sus postres: mantecados, marañueles y rosquillas. A su lado, la bioescuela de Valliniello expuso sus productos de la huerta mientras Noemí Vidal, Covi González y Cristina González, del Ampa del Apolinar Hevia, vendían motivos confeccionados por los niños a base de gomaeva.

Las amas de casa también participaron en el mercadillo, al tiempo que Nieves Vega y Azucena Martínez se encargaron de la sección de juguetería. "Se está vendiendo muy bien", comentaron ambas, rodeadas de peluches de todos los tamaños. La asociación de Africanos en Asturias también instaló un puesto. "Este año hay una carpa y la mercancía está más protegida", aseguró María Luisa Martínez, asidua a la jornada solidaria de Llaranes.

El último día de la Semana solidaria fue aprovechado por las familias del barrio para comer en armonía. Tras varias vueltas al mercadillo, a las 13.00 horas, comenzaron a tocar las pandereteras de "Escontra'l raigañu", que se refugiaron después en los soportales, quizá preveiendo que, poco después, tras la comida a base de paella, caería un chaparrón, que no consiguió chafar la fiesta.

En el plano político, participaron la alcaldesa, Mariví Monteserín, y la consejera de Servicios Sociales, Pilar Varela, además del coordinador de IU Avilés, Juan José Fernández, y los ediles tránsfugas, que acaban de fundar la marca avilesina de UCIN. Y, entre música y bailes desde el escenario que presidía la plaza Mayor de Llaranes, pasó la jornada. La única pega del día fue la lluvia, pero como los asistentes se temían que ello ocurriera no pocos desenfundaron sus paraguas para no perderse detalle de las actuaciones.

Con esos mimbres, la Semana solidaria de Llaranes se confirma como una celebración imprescindible. "Tenía que hacerse una vez al mes", expresó Benjamín Barbón, que defendió el compromiso, la unión y la solidaridad del barrio.