La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

DANIEL SANTOS PÉREZ | MÚSICO, DIRECTOR DE LA BANDA DE MÚSICA DE AVILÉS

Ingeniero frustrado por amor a la música

Toca, compone, dirige y enseña; la vida del hombre que lleva la batuta de la banda parece escrita en una partitura

Daniel Santos Pérez, ayer, durante el ensayo con la Banda de Música en el edificio de la antigua hemeroteca del parque de Ferrera. RICARDO SOLÍS

En su cabeza rondaba la idea de estudiar ingeniería. Era buen alumno, de sobresaliente. Pero en plena efervescencia hormonal decidió que su pasión era la música. No fue una elección al azar. Daniel Santos Pérez Mohamed recibió las primeras clases de música cuando tenía 3 años. Le apuntó su padre, Manuel, un maquinista de Ensidesa enamorado de los acordes. Con 6 años, otra vez su padre, le inscribió en la Banda de Música de Avilés. Y con ocho lo matriculó en el conservatorio de música Julián Orbón. "Nací con la música", confiesa este joven de la calle Palacio Valdés nacido un invierno de 1987.

"Una vez que pasan los años llega al momento de decidir. Como muchos avilesinos me planteé estudiar ingeniería industrial, pero me di cuenta de que lo que realmente quería seguir haciendo era música", subraya. Tras finalizar sus estudios primarios y secundarios en el colegio Paula Frassinetti de Avilés, Daniel Santos Pérez continuó su formación haciendo de la música el juego que conoció de niño. Y se tituló. Es licenciado en Música con la especialidad de interpretación por clarinete.

Quienes le conocen bien hablan de un chaval amable, cercano, simpático y cariñoso, pero sobre todo trabajador. La constancia y el estudio llevaron a Daniel Santos Pérez a Cantabria. En la comunidad vecina desarrolla buena parte de su carrera profesional como profesor en el colegio Torrevelo-Peñalabra y en Prones 1, una de las agencias de espectáculos con mayor trayectoria profesional de España. También da clases en la Escuela de Música de Suances.

Esto no quita que cada fin de semana regrese a casa, a Avilés, con un objetivo: dirigir los ensayos de la banda de música de la ciudad. Lleva la batuta de esta entidad que conoció de crío desde hace tres años. A su cargo están casi cincuenta músicos que hoy estrenan el ciclo de primavera en el parque de Ferrera (12.00 horas). Sonarán temas de "Queen", "Juego de tronos", pasodobles, una selección de zarzuela, una marcha mora y también un remix del pop español. Para todos los gustos.

"El anterior director hizo un trabajo extraordinario, empezando por mantener la banda, que no es fácil. En mi caso tengo que agradecer el trabajo que hacen los músicos y el cariño del público, que es impagable", confiesa este músico que sueña con hacer en Avilés "algo grande". Y lo hará a más no tardar porque ya lo tiene en mente. Y porque sabe que el que la sigue la consigue. "Su empeño en sacar algo adelante es infinito", afirma una de las personas a las que dirige.

Por si fuera poco, Daniel Santos Pérez tiene también un grupo de música: "Highway 66", a punto de lanzar disco. Él toca el saxofón. "Con el clarinete tal vez exploto esa parte de la música más clásica mientras que con el saxofón hago otra música", puntualiza. A Daniel Santos Pérez le gusta el jazz, y a veces su vida sigue la misma creatividad, genio y desorden que este género que en buena parte se crea cada vez que se interpreta. "Disfruto con lo que hago, disfruto mucho. Y no me arrepiento para nada de haber elegido esta profesión", sentencia quien ayer mismo ensayaba por la mañana con la banda en Avilés, de noche daba un concierto en Salamanca y hoy debe dirigir la banda en el Ferrera. Vida de artista.

Daniel Santos Pérez es joven, está soltero. Tiene un hermano que también estudió Música, Ismael. Sus padres, Manuel Pérez y Mina Mohamed, son ahora sus fans. "Nunca me cansaré de agradecerles que me apuntaran a aquella clase de música con 3 años", concluye este joven que compone, toca y dirige siempre sin perder la sonrisa, aunque a veces el trabajo le cueste disgustos. Otro pero: "Le cuesta decir que no y a veces le desborda el trabajo".

Él, pese a todo, vive por ella, por la música. Allá donde va destaca por su calidad humana y musical, un don. Y donde pisa está también la bandera de Avilés, la cuna, a su modo de ver, de muchos de los mejores músicos que ha dado Asturias.

Compartir el artículo

stats