Gracias Ramiro, no por a ver cumplido cincuenta años de profesión, que es muy importante. ¿Pero qué profesión?

Desde hace unos días recibo varias llamadas de otros tantos amigos diciéndome lo de tu homenaje y te puedo asegurar que son de profesiones completamente distintas, algunos clientes tuyos, pero te aseguro que la mayoría no lo son. ¿Qué quiere decir eso? Que al margen de tu profesión, diríamos la primaria, has hecho algo más que cortar el pelo o asesorar en la estética a cientos de personas de toda índole, desde políticos, religiosos, militares, empresarios, deportistas, profesionales liberales y un largo etcétera. Estabas y estás donde te llaman tanto para presentar festivales, dar conferencias, en jurados, hablar a los jóvenes, en nuestro querido Real Oviedo, en el Ayuntamiento, en presentaciones o en tantos sitios donde tu presencia jamás ha molestado a nadie y eso es un verdadero don, que sólo Dios nuestro Señor da a los escogidos.

El sumar voluntades más que restar, el unir más que el desunir. Pero algo hay más importante o por o menos para mí sí lo es. Tu calidad humana que está por encima de cualquier otra. Saber escuchar, tener la paciencia suficiente para estar con tus amigos en los momentos difíciles y rematar con la frase «no te preocupes, déjamelo a mí, a ver que podemos hacer», quedando uno con la seguridad que el problema está medio resuelto, aquí si que no hace falta lo Ramiro ¿de lo mío qué?

Amigo Ramiro, cincuenta años pueden ser pocos o muchos, depende como se mire y se mide. Si se mide por los amigos, el tiempo es incalculable.

Me viene a la memoria la frase de «donde hay un verdadero valor encuéntrase también verdadera modestia». Y así es en tu caso.

Quiero darte las gracias por estar siempre pendiente de tus amigos, en los momentos buenos y sobre todo en los más bajos que es donde verdaderamente se ven los valores de cada persona.

Sólo contaré una anécdota. Cuando entre a formar parte del gobierno he recibido trescientas cincuenta cartas de felicitaciones, cuando cese. Dos. Una la tuya.

Reitero, amigo Ramiro, mi más sincera felicitación por esos cincuenta años.

Decía un escritor estadounidense «que lo más que se puede hacer por un amigo es, simplemente, ser su amigo».

Gracias Ramiro por ser eso. Mi amigo.

Salvador Fuente

Oviedo