Mieres del Camino,

José A. ORDÓÑEZ

Las principales brigadas de Salvamento Minero de Asturias, Castilla y León, Portugal, Alemania, Inglaterra e Irlanda están dando los primeros pasos para la organización de un gran congreso internacional sobre esta materia. La cita, impulsada en muy buena medida por el grupo de especialistas de Hunosa, podría convertirse en el embrión de una asociación europea de profesionales del rescate en la minería.

La necesidad de que las brigadas de Salvamento Minero estrechen lazos y compartan experiencias fue puesta de manifiesto, ayer, en el transcurso de la jornada sobre prevención y lucha contra el fuego en el ámbito de la minería organizada por la mutua laboral Fremap en la Feria de Mieres. Presentados por Juan Carlos Camporro, intervinieron Juan José Fernández, director de prevención de Hunosa; Santiago Suárez García, jefe del grupo de salvamento de la empresa hullera; José Eliseo Solís, responsable de prevención de la firma leonesa Hullera Vasco Leonesa, y José Luis Prieto García, máximo responsable de la brigada de esta empresa, cuyo ámbito de actuación, según explicaron Solís y Prieto en sus intervenciones, se circunscribe, principalmente, a la vecina comarca de Santa Lucía de Gordón.

El jefe de la brigada de Hunosa centró su intervención tanto en explicar la historia y la situación actual de este grupo como en dar unas pinceladas sobre la actuación que lleva a cabo en el incendio del pozo María Luisa. Por cierto, este grave incidente coincidió en el tiempo con otro suceso similar -acaecido en el pozo leonés Emilio del Valle, del grupo Competidora- en el que intervino la brigada de la Hullera Vasco Leonesa. Según las explicaciones dadas en Mieres por su responsable, José Luis Prieto, la diferencia principal entre ambos sucesos desde el punto de vista técnico estribó, fundamentalmente, en sus causas, ya que el gordoniego obedeció a una autocombustión del carbón por calentamiento. Se trata de un fenómeno que, según los expertos, resulta bastante infrecuente en las cuencas carboníferas asturianas del Caudal y del Nalón, pero no tanto en la provincia de León, debido a que sus capas de carbón llegan a alcanzar los 50 metros.