La pequeña escollera que se construyó en la desembocadura del río Cuna tras las inundaciones de junio de 2010 para canalizar las aguas y evitar que se repitiera un episodio similar ha cedido de nuevo ante la fuerza del agua. Como se aprecia en la fotografía, el muro de contención no ha resistido la crecida, por otra parte, apenas reseñable en comparación con la de 2010.