El Ayuntamiento de Mieres destinó en 2009 a la construcción de una perrera en La Cabana algo más de 400.000 euros correspondientes al denominado "Plan E". La obra concluyó en 2010 pero, tras una queja de los vecinos del pueblo, el uso de la instalación quedó en suspenso por mandato judicial debido a una serie de irregularidades urbanísticas. Cincos años después, el Ayuntamiento sigue enfrascado en el proceso de "legalización" del equipamiento. En estos momentos el gobierno local está tramitando el informe de impacto ambiental, cuya aprobación está a expensas de revisar las "escasas" alegaciones presentadas.

El Ayuntamiento se Mieres aún ve viable dar contenido a la polémica perrera construida en la falda del monte Polio. Los técnicos municipales sostienen que el inmueble no deberá ser derribado pese a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) que deja sin efecto el acuerdo de abril de 2010 de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias (CUOTA) en el que se informó favorablemente del proyecto y se concedió la autorización previa para el inicio de las obras. En principio, según los planteamientos del Consistorio, para que el desocupado inmueble cumpla los requerimientos de volumetría y distancia con zonas habitadas sería necesaria simplemente "la eliminación de uno de los boxes". Es decir, según el Gobierno local, la instalación podría salvarse con una "amputación" parcial y no total.

Ahora bien, las gestiones para poder abrir la perrera van a un ritmo parsimonioso. Tras casi cinco años de parálisis, el Ayuntamiento espera poder aprobar en breve el plan de impacto ambiental. El siguiente paso, según los portavoces municipales, sería ya plantear un proyecto de derribo de las instalaciones sobrantes y proceder a su demolición.

Que el Ayuntamiento de Mieres siga tramitando la legalización del equipamiento no significa que éste se vaya a terminar abriendo. La asociación de vecinos de Polio ya ha dicho que no asumirán "bajo ningún concepto" que la perrera pueda acabar teniendo actividad. Además, los daños y robos que ha sufrido la instalación hacen necesaria un importante inversión para acondicionarlas de nuevo.