El mierense Javier González Fernández, de 36 años de edad, murió en Galicia el pasado domingo tras sufrir un fatal accidente laboral en As Pontes. Tal y como explicó el servicio de emergencias gallego, el fallecido estaba desmontando una excavadora en un desguace próximo a la vieja mina a cielo abierto de la localidad, que en su momento explotó Endesa, cuando una de las piezas de la máquina -de uso para el transporte de piedras en minas- le cayó encima.

Los servicios sanitarios de urgencias enviaron al lugar del accidente al helicóptero medicalizado con base en Santiago de Compostela, cuyo médico sólo pudo certificar la muerte del mierense. Javier González Fernández estaba casado y era natural de la localidad mierense de Ribono. Tras contraer matrimonio, se fue a vivir a Galicia, de donde es natural su mujer. No obstante, su vinculación con Mieres nunca se rompió. Durante toda su juventud fue una persona muy activa y conocida. Mantuvo un intenso compromiso con Ribono. De hecho, fue uno de los responsables de la recuperación de sus fiestas. Con apenas veinte años se puso al frente de un colectivo que, con ahínco y sin apenas medios, logró dar dinamismo al pueblo.

Javier González cursó la Educación General Básica (EGB) en Pola de Lena. Al llegar al instituto siguió sus estudios en Mieres, y finalmente acabó estudiando ingeniería de Minas.

"Era un chaval de lo mejor, muy querido por todos y siempre dispuesto a colaborar en lo que hiciera falta", señaló ayer un amigo de la niñez. También destacó por su afición al deporte. Inicialmente practicó hockey sobre patines. Más tarde se dedicó a las artes marciales, destacando como un notable judoka. Su corpulencia física hacía que sus amigos le llamaran cariñosamente "Toro".

La noticia del trágico accidente ocurrido en As Pontes provocó una honda consternación en todo el municipio, sobre todo en Ribono. El Convento de los Padres Pasionistas de Mieres acogió hoy el funeral. Posteriormente Javier González será incinerado en el tanatorio de Murias.