Bolígrafo, papel, y cámara de fotos. Esas fueron las "armas" que la Brigada de Ortografía del IES Bernaldo de Quirós de Mieres utilizó para poner en evidencia todas aquellas faltas que se iban encontrado por las calles de la villa. El resultado, más de 200 pruebas de que la buena ortografía brilla por su ausencia en el entorno en el que generalmente nos movemos y que, aunque muchas veces no reparemos en ella, resulta evidente. Alba García Díaz, profesora del Departamento de Lengua del instituto mierense, fue junto a otros compañeros de su área, una de las responsables de poner en marcha el proyecto. "La idea que teníamos era que los alumnos pudieran aplicar los conocimientos que aprenden en las aulas en su propio entorno, es decir, en la calle, y que no pensaran que lo que les enseñamos solo les sirve para los exámenes", indicó la docente.

La brigada ortográfica la formaron los alumnos del segundo curso de ESO, más de medio centenar. Se realizaron equipos y cada uno salió a "patrullar" por las principales arterias del casco urbano. Manuel Llaneza, La Vega, Jerónimo Ibrán, Valeriano Miranda o el barrio de La Villa fueron algunas de las vías que los guardianes del diccionario examinaron con lupa. Y el resultado fue, cuanto menos, sorprendente. "Nos llegaron con más de 200 faltas de ortografía de diversa calificación", explica Alba García. La mayoría de ellas eran tildes -en señales de tráfico, en establecimientos-, aunque también se encontraron con algún "palabro" en carteles con menús del día, y también con usos incorrectos de mayúsculas y minúsculas. La más llamativa, a su juicio, un prohibido sin "h" intercalada. "La verdad es que quedamos muy contentos con la actitud demostrada por los chicos", afirmó.

El proyecto tendrá ahora una segunda parte en el aula. Con las fotos tomadas durante la salida, los jóvenes van a editar un mapa ortográfico de Mieres. "Lo harán durante las próximas semanas, y será una forma de dejar constancia de todo el trabajo que hicieron", apunta García. El mapa llevará una fotografía, la norma ortográfica que contraviene y la zona donde se detectó.

La lista de patadas al diccionario aún no se ha cerrado ya que los estudiantes podrán seguir aportando nuevos gazapos, aunque ya a título personal. "Los chavales están muy concienciados y estamos seguros de que nos llegarán bastantes faltas ortográficas más", aseguró la profesora del IES Bernaldo de Quirós, cuyo objetivo final es que los chavales "escriban con muchas menos faltas".