La mitad de la población de la comarca vive en Mieres del Camino y Pola de Lena

Las dos capitales suman casi el 70% de los vecinos que residen en sus concejos y contrastan con los más de 200 pueblos vacíos de la zona rural

Vecinos de Mieres a la salida de un colegio en el centro del casco urbano. FERNANDO GEIJO

Los valles mineros del Nalón y el Caudal suman más 600 localidades despobladas. Una de cada cuatro aldeas que se hallan deshabitadas en Asturias se encuentran en el territorio. El medio rural se está quedando yermo en vecinos, en parte por el envejecimiento, en parte por el éxodo, pero también por efecto imán que ejercen los núcleos urbanos de los valles. Las capitales de Lena y Mieres absorben actualmente a la mitad de la población de toda de la comarca del Caudal, es decir de los dos citados concejos más Aller, Riosa y Morcín.

Lena, según el Instituto Nacional de Estadística, tiene 11.949 vecinos según el último recuento. Un total de 8.189 personas residen en la Pola. Es decir, el 68 por ciento de los vecinos ya residen en la capital del concejo. En Mieres el balance es muy parecido. El padrón local tenía a mediados del mes pasado a 39.728 personas dadas de alta. De ellas, 26.557 viven en el eje urbano, entre La Peña y Nuevo Santullano. Es decir, el 66 por ciento de la población del concejo es urbana.

Mieres del Camino y la Pola son, con diferencia, las dos principales localidades del Caudal. Y es que actualmente absorben, con la suma de 34.746 habitantes, a la mitad de los vecinos de toda la comarca. Y es que Mieres, Lena, Aller, Morcín y Riosa se quedan un paso de los 69.000 vecinos. Las dos grandes poblaciones ejercen un efecto gravitatorio, mantenimiento su volumen de población a costa del despoblamiento rural.

La caída poblacional avanza sin tregua en Mieres. El Tunelón y Ablaneda son dos de las muchas aldeas sin vecinos que se registran en el valle de Turón. Sarabia, La Fariega y Les Cuestes son otras tres localidades que aparecen este año en el Nomenclátor con un censo sin vecinos. La lista ha sumado en el último año dos pueblos, ambos aparecen como núcleo diseminado (entidad de población que, por la ausencia de edificios, ya no puede considerarse un núcleo poblacional). Pese a que el casco urbano aguanta con un cifra más o menos estable de vecinos, la "desertización" de la zona rural se deja sentir en el padrón.

Una crisis que se extiende al resto de la comarca y que afecta a todos los municipios. En Lena se registran ochenta y cuatro aldeas sin vecinos. En Aller mantienen las cifras, con setenta pueblos abandonados tanto en 2013 como en 2014. Morcín y Riosa suman una veintena de pueblos deshabitados.

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