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FERNANDO HERNÁNDEZ | Decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas

"Ojalá Mallada hubiera sido presidenta de Hunosa hace quince o veinte años"

"La hullera tenía que haber empezado la reconversión en los 90 y lo está haciendo ahora, lo que le dejan, pero no será por falta de imaginación"

Fernando Hernández, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas. J. R. SILVEIRA

Ocho años son los que lleva el mierense Fernando Hernández al frente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas del Principado de Asturias, un mandato que ahora llega a su fin. Hernández dejará en unos meses un cargo con el que, como asegura, ha dado un "cambio radical" al colegio, con la creación de una fundación y difundiendo, entre otras cuestiones, su postura crítica ante la duplicidad de los estudios de Minas en la Universidad de Oviedo.

-¿Cuánto le queda para dejar el cargo?

-Dos meses, cumpliré ocho años como decano que es el máximo que se permite con la actual normativa del colegio. De todos modos, siempre he abogado porque las personas no se perpetúen en los cargos y entre sangre fresca. Espero que haya muchos candidatos y el que venga, lo haga con ganas y energía.

-¿Con qué se queda de su paso por el colegio oficial?

-He intentado aportar todo lo que he podido, he cambiado muchísimas cosas y soy de los pocos decanos de un colegio de Minas que ha sido crítico con las minas. Siempre he pensado que tenemos que vivir con la realidad de que el carbón es un combustible fósil que depende del Gobierno y, como no tiene una política energética, estamos pagando las consecuencias. El carbón va a tener que quedar como un recurso de emergencia del país que, llegado el caso, pueda poner en funcionamiento las centrales térmicas, que tampoco se van a desmantelar. Además, la actual producción es suficiente como reserva estratégica, no soy partidario de que se cierre ninguna mina más, igual sí se podría hacer una concentración de ciertos pozos y unificar los criterios en diferentes empresas que están cerca para optimizar esos recursos.

-¿Entonces el carbón sigue siendo necesario?

-Claro, el país necesita combustibles fósiles porque cuando hay una necesidad energética sólo puede tirar de ellos. La energía del sol no se produce siempre, la del viento tampoco y podemos apostar por la energía verde, como la biomasa, pero también es un combustible fósil porque se está quemando madera. Hay que intentar contaminar menos para dejar un mundo mejor para nuestros hijos, pero para que haya ese mundo tiene que haber algo que produzca electricidad a nuestra conveniencia, y puede ser tanto la nuclear como el carbón, del gas no hablo porque tenemos una dependencia energética que no es factible para un país.

-Otra de las iniciativas que encabezó fue la creación de una Fundación dentro del colegio.

-Fue una manera de darle más versatilidad al colegio. Es una Fundación de Ingenieros Técnicos de Minas y Graduados que está funcionando verdaderamente bien. Por poner un ejemplo, el año pasado hicimos un congreso internacional en Gijón al que acudieron cerca de 3.000 personas y eso no podíamos hacerlo como colegio. Los colegios oficiales suenan a caduco, a institución antigua, y hay que cambiar el chip. Eso es tirar hacia otro tipo de organizaciones, otros aspectos con más libertad de movimientos, porque un colegio está sometido a unas leyes burocráticas muy limitadas, muy encorsetadas, sobre todos los de Minas e Industriales, porque tenemos una parte de visados con los que damos nuestra correspondiente fe de que eso que firmamos está correcto.

-También fue crítico con la Universidad de Oviedo defendiendo la unificación de las escuelas de Minas.

-Eso quedará ahí y no sé si mi hijo lo verá algún día. La Universidad debería de dejar de tener repartidos los estudios de las Ciencias Primarias y del Terreno en tres campus, ninguna universidad lo concebiría así y espero que el Rector que venga, porque la Universidad también tiene elecciones al rectorado este año, llegue con un plan consciente de que no se pueden tener tres carreras vinculadas hacia lo mismo en tres campus distintos. Si se quiere apostar por un campus puntero en Ciencias Primarias, tiene que estar unificado en un centro donde los alumnos sepan que lo van a tener todo a mano. Hay que darles facilidades a los alumnos, que son los que pagan por estar ahí, que tengan facilidades para ver a los profesores, que cuenten con laboratorios con más posibilidades de investigar, que se unifiquen los criterios y que haya más interrelación entre los alumnos.

-¿Esta situación afecta a los centros?

-Por supuesto, las escuelas de Minas de Mieres y Oviedo son punteras a nivel nacional, la de Geología también es un referente. Tienen un nombre, pero cada vez lo van perdiendo más. De hecho, la escuela de Vigo ha cogido más nombre que la de Oviedo, y las de Cartagena y Bilbao también están teniendo más que la de Mieres. Con Geología va a acabar pasando igual. Una situación que podría cambiar si tuviéramos los tres centros en el mismo sitio, e incluso podrían seguir teniendo su idiosincrasia cada una de ellas. Un campus potente de Ciencias del Terreno tendría más público. Mira el caso de Gijón, que tiene cuatro centros juntos en un único campus, pues deberían de hacer lo mismo con las Ciencias del Terreno, aunque desde mi opinión han sido abandonadas por los rectores. Primero con Juan Vázquez y después con Vicente Gotor, que no se han preocupado ni de Minas ni de Geología. Ahora sí, viendo las instalaciones que tienen actualmente la escuela de Minas de Oviedo, Geología en Llamaquique y Mieres, me quedo con esta última para hacer una unificación. El campus de Barredo tiene un edificio grande, otro de investigación, una residencia universitaria y un polideportivo. Está todo en un único sitio y hay espacio suficiente para meter todos los centros. Aunque si alguien quiere crear una facultad nueva en el campus del Cristo, pues que la haga.

-¿Qué le parece la línea que está desarrollando Hunosa en la actualidad?

-Ojalá la actual presidenta, María Teresa Mallada, hubiera estado ahí hace quince o veinte años. Lo que la hullera está haciendo ahora es lo que tenían que haber hecho entonces. Ahora lo hacen con todas las trabas posibles, cuando menos dinero hay, pero aún así, yo creo que hay que felicitar a Mallada, porque Hunosa tenía que haber empezado la reconversión en los años 90 y lo está haciendo ahora, bueno, lo que le dejan, aunque no será por falta de imaginación.

-¿Qué diferencias observa en la hullera estatal?

-Antiguamente, se utilizaba a Hunosa para comparar con el resto de empresas de Asturias como un mal ejemplo, pero ahora no, hay innovación hacia la biomasa, tienen una central térmica que es un ejemplo a la hora de investigar la posibilidad de quemar otros combustibles que no sean sólo carbón, están metidos en proyectos innovadores... También se han dado cuenta de que sus infraestructuras tienen potencial para sacarles rendimiento. Hace muchos años, se abogaba porque el pozo Barredo, en el centro de Mieres, fuese un ejemplo de museo, pero no se hizo nada. Hunosa se ha dado cuenta de ello y lo ha hecho, aunque con el pozo Sotón, pero que nadie se olvide de que Mieres podría haber desarrollado la zona de Barredo como un referente turístico de la minería. Ahora, las instalaciones de Barredo pueden aprovecharse, como están haciendo con el tema de la geotermia y el aprovechamiento del agua que podría ampliarse y aprovecharse de ello las piscinas, las calles o los edificios. La biomasa es otro filón, un producto del que tiene que deshacerse y que consigue aprovechar. Por todo esto, creo que Mallada ha convertido una empresa arcaica y vieja en una compañía del siglo XXI. Por otro lado, y en el caso del carbón, el futuro que le veo a Hunosa es con los cielos abiertos, que es donde podrá sacar algo de carbón; y tampoco olvidar el turismo, como ocurre con los pozos Sotón y San Luis, porque el turismo es una fuente de beneficios como puede ser la industria.

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