Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

De lejos parece otra cosa. Tiene un techo metálico abovedado que recuerda un hangar o una nave industrial de diseño. Dentro espera la sorpresa. Es lo que, antes de nacer, se ha bautizado como el Biche Arena de la Pola, la nueva bolera que, con las obras muy avanzadas, se estrenará en breve. El Biche Arena toma el nombre del bolo pequeño que en el juego marca la zona de cuatreada y comparte apellido con los grandes estadios del mundo: el Allianz Arena del Bayern Munich o el Amsterdam Arena del Ajax. Un linaje merecido. No en vano, la bolera polesa es la mayor cancha de cuatreada, un hito en el mundo de los bolos.

El Biche Arena viene a tomar el relevo de la bolera de Lugones, otro referente bolístico que en su día fue bautizado como el Maracaná de los bolos por su tamaño, inusual entonces para una cancha de bolos y ahora, como le sucedió también al estadio de Río de Janeiro, superado. De una u otra forma, la capitalidad sierense, al menos en cuanto a sedes de los bolos, viene a reafirmarse.

La imagen interior de la cancha parece firmada por Calatrava. El rigor industrial de la cara vista del edificio se ve sorprendida al entrar por una explosión de color. Son los asientos del público, que, colocados alrededor del campo de juego como si se tratase de una versión a escala del circo romano, han sido diseñados en muy diversos colores y conforman un curioso arco iris en contraste con el gris del hormigón. La bóveda, desde dentro, resulta chocante, porque la nave no está cerrada por los laterales. Incluso está previsto colocar paneles móviles como sucede en los grandes Arenas de cubiertas desplazables. Se evitó un edificio totalmente cerrado para recordar que las boleras nunca lo han sido.

Así era la bolera de Pola de Siero desaparecida hace ya demasiados años de su ubicación junto al Colegio Peña Careses, debido al desarrollo urbanístico. Cuando la bolera pasó a mejor vida, los integrantes de la Peña El Biche de entonces ya tenían en mente que la nueva bolera debía ser un referente. El graderío de Pola de Siero tendrá capacidad para algo más de 300 plazas.

Situada en el parque poleso de La Ferlera, la nueva bolera nace como anexo de otro equipamiento en construcción, el Centro Polivalente de Recursos (CPR) que albergará una residencia de ancianos, un centro de día y el hogar del pensionista. La bolera llega a compensar el trabajo de los aficionados locales que, pese a la desaparición de la anterior cancha, siguieron con su actividad, incrementando incluso los seguidores del deporte más asturiano. Para ello sacaron provecho de la cancha abierta del parque Alfonso X.

Ahora, la bolera no sólo pretende ser sede de las partidas más significativas de una zona como la de Siero y su entorno, caracterizada por una afición sin límites a este deporte. Sus características hacen que pueda albergar también otro tipo de acontecimientos, como conciertos y otras actos culturales.

La intención del Principado y el Ayuntamiento es inaugurar cuanto antes la bolera y esperar el familiar sonido de la madera al chocar bola y bolo.