Muros de Nalón,

Ignacio PULIDO

Los vecinos de Muros de Nalón rindieron ayer tributo a Constantino Fernández-Vallín y Álvarez Albuerne, primer marqués de Muros de Nalón. Durante el acto, que contó con la presencia de los descendientes del noble, también fue homenajeado el historiador Armando Grande Roca. El evento se enmarcó dentro de la programación del III Memorial «Rocío Suárez Muiña», que también incluyó un concierto interpretado por el conjunto «Mnemusine».

La Asociación de Vecinos «Amigos de Muros de Nalón» (AVAM) elogia todos los años la figura de uno de sus vecinos más destacados. En esta ocasión, el colectivo consideró oportuno homenajear a Constantino Fernández-Vallín y Álvarez Albuerne, gran benefactor del concejo. El primer marqués de Muros nació en La Habana y falleció en Madrid en 1895. Tras doctorarse en Derecho ejerció como diplomático en el extranjero. Como consecuencia del fallecimiento de su hermano Benjamín en la Revolución de 1868 el rey Amadeo I lo premió con el marquesado.

Alejandra Wiggin Leche, su heredera, fue agasajada con un galardón diseñado por Ramón Lorenzo y elaborado con restos de las vías del primer ferrocarril que llegó a San Esteban de Pravia.

Acto seguido, la asociación vecinal procedió a nombrar socio de honor al historiador Armando Grande Roca, que también fue obsequiado con el original galardón. El estudioso aprovechó la ocasión para glosar la figura del marqués y estuvo en todo momento acompañado por su nieta, Irina. «Amigos de Muros de Nalón» planea solicitar que Grande Roca sea nombrado cronista oficial del concejo. «Hemos querido reconocer toda su labor nombrándolo socio de honor. Venimos recomendando desde hace tiempo su nombramiento como cronista», señaló Rafael Martínez, presidente de AVAM.

Como colofón el conjunto «Mnemusine» puso un broche de oro al acto con un concierto cuyo programa incluyó arias como «Nessun dorma» de la ópera «Turandot», una pieza de «Carmen» de Georges Bizet, bandas sonoras de películas como «La misión» y su particular interpretación del «Great balls of fire!» del pionero del rock and roll Jerry Lee Lewis. En definitiva, un ameno recital que acaparó la atención de las decenas de personas que atestaban el auditorio de la Casa de Cultura murense.