Me sorprendió, y debo decir que nada gratamente, el artículo de opinión firmado el pasado lunes en LA NUEVA ESPAÑA por nuestro vecino de La Fresneda, al que no conozco casi como vecino (y tampoco encuentro en nuestro listín de abogados).

Lo sorprendente no es que discrepe de los últimos avatares sucedidos en nuestro Ayuntamiento, está en su perfecto derecho, sino que les siga buscando una explicación más allá de la propia dinámica de la democracia, asentada en razones numéricas y desarrollada por normas imperativas que nuestros tribunales han aplicado escrupulosamente dando la razón al tan «denostado» grupo de «Los Trece» al que pertenezco. La conclusión que extrae es tan simple como crematística: el dinero. ¡Siempre el dinero!

Para llegar a esta ya tan manida solución, utiliza las cantidades que correspondientes al mes de mayo aparecen en la página web municipal como percibidas por todos los concejales de la Corporación y las compara con las de los meses anteriores.

En principio, la idea era buena, sino se hubiera equivocado en el mes elegido, porque del error sufrido por un funcionario (hasta los más competentes se equivocan) han resultado incrementados nuestros ingresos en al menos un 40%.

Yo le sugeriría que preste toda su atención a dicha web el próximo mes de julio para que pudiera constatar a su entera satisfacción cómo nos descuentan el referido error, para su tranquilidad y la de otros tan «bienintencionados».

Los concejales de la PVF (Plataforma Vecinal de La Fresneda) no vivimos de la política, aunque quien lo haga y lo haga bien también es respetable. Las cantidades que percibimos están conceptuadas legalmente como «indemnizaciones» por el tiempo, la dedicación y el esfuerzo que empleamos en el desempeño de nuestro cargo. Que es mucho. Se lo garantizo.

En cuanto a su pesimismo por el abandono que sufre La Fresneda en la actualidad, parece que achacándolo a nuestra gestión, tampoco se corresponde a la realidad, aunque la gran mayoría de los vecinos sí ha entendido la labor de la PVF, según vienen demostrándolo en las urnas desde 2007. No se trata de prepotencia, según recientemente se ha despachado un concejal radical del grupo de «Los Doce». Son números. ¡Qué tercos son los números! Y, por supuesto, las 1.900 voluntades que nos han aupado al Consistorio y que son libres de dejarnos caer cuando quieran. A los dos concejales actuales o a quienes en su día nos releven.

Cierto que en los últimos meses, correspondientes tanto al anterior como al presente equipo de gobierno (PSOE y Foro), se habían bloqueado dos de los temas más importantes para nuestra población: la apertura del polideportivo y el mantenimiento del parque público y de las zonas verdes de La Fresneda.

Los motivos han sido diversos y no únicamente políticos, sino especialmente técnicos y legales. Pero la solución está más cercana de lo que su pesimismo le permitía suponer. En cualquier caso, le rogaría que siguiera con atención el desarrollo de los acontecimientos en los próximos días. Simplemente espere, no desespere. Se sorprenderá.