Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El plazo para que las piezas de la capilla renacentista de San Antonio de Candás -desmontada hace más de un año para evitar su derrumbe- permanecieran custodiadas en una cantera de Perlora expiró el pasado 4 de julio. La oferta presentada para el desmontaje de la capilla por los canteros Castroagudín, siguiendo la metodología de los arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia, incluía entre otras cosas el acopio vigilado, dentro del municipio, y sin cargo durante un año, de todos los elementos que integran el templo.

Transcurrido el plazo la empresa Castroagudín Canteros no se ha puesto hasta el momento en contacto con el Ayuntamiento, reconoció ayer la portavoz del gobierno Amelia Fernández. Por lo que, de momento, el gobierno cuenta con seguir manteniendo las piezas en la cantera perlorina.

Eso sí, ya se buscan fórmulas de todo tipo para devolver el templo del siglo XVII, el único edificio de estilo renacentista de Candás, al cabo de San Antonio, donde se encontraba originalmente y de donde se retiró ante el riesgo de argayos. «Hemos puesto sobre la mesa varias opciones para obtener financiación para el montaje de la capilla de San Antonio de Padua», aseguró Fernández. La que tiene más posibilidades de hacerse realidad es una petición realizada al Ministerio de Cultura y se haría con cargo al uno por ciento cultural, aunque desde el gobierno son realistas ya que aun siendo la más posible, no está exenta de dificultades.

«Hemos hablado con la Subdirección General de Protección del Patrimonio y les hemos remitido la documentación para una primera consideración que facilite una ayuda para el desmontaje», señaló la portavoz. Esta propuesta conllevaría que el Ayuntamiento sólo tuviera que financiar el 25 por ciento del presupuesto del desmontaje. No obstante, «ya nos han adelantado que no es probable que se financien nuevas actuaciones con cargo a estos fondos en 2012, pero aún están pendientes de la evolución futura de las partidas hasta diciembre». Así las cosas, parece más probable que pueda recibirse la subvención el año próximo.

El principal escollo que debe salvar el Ayuntamiento es que «las inversiones públicas realizadas con cargo al uno por ciento cultural dan prioridad a los bienes de interés cultural, y la capilla no lo es», lamentó Fernández.