«Estoy enganchado a Tazones», confiesa el pintor cántabro de nombre artístico Laurindo mientras trabaja en su lienzo frente al puerto pesquero. Laurindo regresa al pueblo marinero un año más para participar en el XXXIII Certamen nacional de pintura que organiza la asociación cultural local. «Este año he decidido retratar a la gente que pasea por la calle que lleva a la mar», explica el pintor, concentrado en su pintura.

A escasos metros del cántabro estaba Luis Piñero, de Valladolid, que decidió pasar unos días de vacaciones en Asturias expresamente para asistir a este certamen. Piñero comenta que «en cualquier punto de Tazones encuentras un lugar bonito para retratar o bien frente al mar o junto a las casas». Javier Blanco, de Madrid, también pasa sus vacaciones de verano en Asturias, concretamente en Colunga. «Allí pinto el Sueve y estoy muy ligado a la zona», señala el madrileño, que confiesa que quisiera «afincarme en Asturias para vivir y trabajar aquí». Javier Blanco expone ahora en el centro cultural de La Isla y llegó ayer a Tazones «buscando el alma de este lugar tan maravilloso».

El gijonés Ángel Rodríguez es otro habitual en este certamen de Tazones y eligió un lugar junto a la iglesia para realizar su pintura. «Cogí un apunte de una de las rampas del muelle y ahora trabajo en el óleo», comenta Rodríguez. Desde Avilés llegó Roberto Iglesias, que destaca que acude al certamen «por el buen ambiente y por el sitio». «Después de treinta y tres años tiene solera y es un referente a nivel nacional», apunta el avilesino, quien trabajó con un acrílico sobre lienzo «realista pero sin caer en el academicismo y con la brocha suelta». Leticia Gaspar, de Vizcaya, visitó Tazones por primera vez después de enterarse del certamen por internet. Decidió pintar la fachada de una tienda.

Daniel Fernández, de Villaviciosa, fue otro de los pintores participantes. «Vengo muchas veces y en esta ocasión estoy con cinco niños para que disfruten de esta jornada en un entorno espectacular», explicó el joven. José Antonio Morán, de Avilés, ganó el certamen en 1985 y regresó ayer a Tazones «para disfrutarlo después de tanto tiempo». Este año «vuelvo a salir al natural y veo a mucha gente que se dedica a estos concursos y que recorren todo el país», subraya el pintor.

Otro avilesino, Samuel Armas, conoció Tazones de pequeño y ayer regresó para participar en el certamen. «Con este día es un lujo trabajar en la playa», comentó el joven.

Entre los participantes también hubo niños. Inés, Adrián y Gabriel García son tres franceses que pasan sus vacaciones en Villaviciosa y se animaron a participar en el certamen de pintura. «Nos gusta el paisaje y queda bien retratarlo», comenta el pequeño Gabriel.