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Los beneficiarios de Cáritas en el concejo crecen un 23% respecto a 2012

"Si antes se necesitaba ayuda para gastos inesperados, ahora es para cosas básicas como comer", avisa Enrique López

Enrique López, director de Cáritas en Grado. Sara Arias

Las Navidades ya están en marcha y con ellas copiosas comidas y regalos para niños y mayores. Pero todo no son sonrisas en estas fechas, porque la crisis no da tregua. Cada vez más familias tienen graves problemas económicos e incluso están en riesgo de exclusión social, y no sólo en las grandes ciudades, también en sitios más pequeños como Grado. Se trata de la pobreza escondida, la que no se ve y aparentemente no existe, pero sirva como ejemplo que la agrupación local de Cáritas, el brazo social de la Iglesia católica, ha visto como en 2013 se incrementó el número de personas que acuden a pedir sustento en un 23% respecto a 2012.

Han pasado de atender a 338 familias en diciembre del año pasado a 416 en la actualidad. Unas cifras que ponen a este tipo de organizaciones en "una situación límite", afirma Emilio López Gómez, director de Cáritas de la parroquia de Grado. Cuando López se puso al frente de Cáritas en 2009, la parroquia moscona atendía tan sólo a 30 familias.

Pero las cosas han cambiado y además de aumentar las peticiones de ayuda, Cáritas advierte de que se ha transformado la franja de edad que necesita respaldo económico. Ahora, el mayor grupo lo forman las personas con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años: "Fundamentalmente son familias con uno o dos hijos y con los dos progenitores en paro, muchos de ellos sin cobrar ningún subsidio y con cargas de vivienda".

Son 416 las familias que buscan ayuda en Cáritas de Grado, de las que cien precisan un apoyo fijo para afrontar cada mes. Es decir, no solamente aumenta el número de usuarios sino que además crece el grado de necesidad. Según López, han detectado que si antes la gente requería el apoyo para gastos inesperados, ahora cada vez son necesidades "más básicas y perentorias, como comer". Para que ninguna familia moscona no pase hambre, Cáritas colabora con el Banco de Alimentos y además, recolecta alimentos en la Casa Rectoral.

De hecho, sólo en comida han distribuido, a lo largo de 2013, más de veinte toneladas, que en un cálculo con precios mínimos supone alrededor de 27.770 euros. La asistencia alimentaria es la partida más alta de todas con las que trabaja Cáritas, que suma otros 10.428 euros en vales para la compra de comida. Los pagos de recibos, desde la renta hasta los gastos energéticos, suman 8.843 euros.

Cáritas trabaja todo el año para mejorar la calidad de vida de muchos vecinos del concejo, pero en estas fechas tan señaladas la organización también mira a los seres más indefensos de la exclusión social: los niños. Así, en colaboración con la entidad La Caixa están repartiendo tarjetas con quince euros para los regalos de Reyes. "Es para lo que necesiten los niños, sea un juguete, ropa o calzado", puntualiza López.

Lo cierto es que todo esto no sería posible sin la ayuda de los vecinos y de los comercios y empresas locales porque en el último año, Cáritas de Grado no contó con ninguna ayuda de ningún organismo oficial, detalla López. Y sin embargo, este 2013 que termina ahora supuso un incremento del 9 por ciento más de ingresos. Una solidaridad que crece continuamente. Por ejemplo, López señala que muchas señoras con pensiones mínimas "si pueden dan los cinco euros que tienen para ayudar a otros y eso a mí, me emociona".

En este sentido, el director de Cáritas de Grado considera que las agrupaciones de ayuda social "están trabajando donde los poderes públicos no llegan, aunque esa es su obligación", por eso para López es "imprescindible y prioritario" que el Estado asuma su responsabilidad para "dar de comer a quien realmente no puede".

Las familias que acuden a Cáritas buscan no sólo ayuda económica, comida o ropa, sino que también urgen un apoyo, alguien que les escuche y les asesore cómo sobrellevar la situación por la que atraviesan. Por ello es importante que encuentren quien les escuche, "alguien que les dé esperanza, ánimos y le comprenda. Esa es otra de nuestras misiones", apunta López. Y es que muchas de las personas que acuden a Cáritas lo hacen con vergüenza: "Sienten que pierden la dignidad, eso es muy duro, pero lo que yo siempre digo es que son personas que carecen de recursos, pero que dignidad, tienen toda la del mundo".

Para abordar de forma íntegra los problemas de las personas que acuden en su ayuda, Cáritas de Grado cuenta con 22 voluntarios, de los que ocho se dedican en exclusiva al proyecto Arca de Noé, enfocado a la infancia.

Y si llegan más manos hasta la Casa Rectoral, bienvenidas serán, porque tal y como sospecha López, 2014 será un año "muy duro, nuestras previsiones es que esta situación no disminuya por eso vamos a ver todos los puntos de trabajo que tenemos e intentar socorrer a las personas al máximo posible".

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