Los trabajadores del Matadero Central de Asturias, en Noreña, rechazaron ayer, en una tensa asamblea celebrada en la sede de SOMA-FITAG-UGT en Pola de Siero, el intento de este sindicato para reabrir las negociaciones con la empresa propietaria del macelo, Junquera Bobes, para evitar la liquidación. En la asamblea, a la que asistieron algo menos de la mitad de los 86 empleados del macelo, intervinieron el secretario general del SOMA, José Luis Alperi, el secretario comarcal, José Ramón Argüelles, y el secretario de Acción Sindical, Rafael Carrión, que fue quien expuso el parecer del sindicato acerca de la actual situación de la empresa.

"La realidad es que la única propuesta de continuidad que tenemos es la que está presentando Junquera Bobes", afirmó Carrión, que instó a los empleados a votar en asamblea el retomar las negociaciones para aceptar el plan de viabilidad propuesto por Junquera Bobes, que pasa por despedir a 31 trabajadores y someter al resto a un severo ajuste laboral y salarial. Además, Carrión reveló que el pasado viernes, el juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo remitió a los responsables de la empresa un requerimiento para que, en un plazo máximo de cinco días desde la recepción, presenten la petición de liquidación de la empresa o, en su defecto, den marcha atrás.

En base a estos plazos, los representantes de SOMA-FITAG-UGT estiman en tres días, a contar desde hoy mismo, el margen que tienen los trabajadores para replantear su posición y retomar las negociaciones con los propietarios de Junquera Bobes.

El sindicato, de hecho, considera que puede haber un inversor interesado, pero entiende que sólo aceptará entrar en la empresa si se garantiza la "paz social".

Mas la petición del sindicato ni siquiera fue contemplada por los trabajadores, que consideran que el rechazo al plan de viabilidad ya se acordó en una asamblea anterior. De hecho, varios de los asistentes a la asamblea se mostraron críticos con la actuación de SOMA-FITAG-UGT, afeando a los representantes del sindicato que el martes, 23 de diciembre, se reuniesen con la dirección de Junquera Bobes sin comunicárselo a los integrantes del comité de empresa.

Carrión aseguró que en esa reunión sólo se había tratado de concretar el número de bajas voluntarias que aceptaría la empresa en la aplicación del plan de viabilidad, y que en todo caso había servido para conocer el requerimiento del juzgado.