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Villaviciosa y Comarca de la Sidra

La mejor sidra casera de la Villa no tiene secreto

El ganador del concurso, Aitor González, de Fuentes, asegura que la sencilla clave es "la limpieza y la variedad de manzanas"

Germán Villar y su ahijado, en la pumarada de la familia, con el trofeo de la sidra ganadora. MARIOLA MENÉNDEZ

Para Aitor González, ganador del Concurso de sidra casera de Villaviciosa, elaborar buena bebida "no tiene secreto". Tanto él como su padrino y maestro, Germán Villar, destacan que las claves son "limpieza y utilizar todas las variedades de manzana posibles". También aconsejan estar pendientes durante la fermentación para mantener el nivel del mosto e ir rellenando, si es necesario, el recipiente. También recomiendan que, en el caso de que se utilicen dos toneles, "se llenen los dos a la vez para que maduren al mismo tiempo y sepan igual, aunque es difícil de conseguir", admite Villar. La sidra embotellada aún sigue dando sorpresas porque, unas veces, una bebida "regular, mejora", y otras, en cambio, empeora. Por último, añade que los mostos requieren "frío mejor que temperaturas altas, aunque tarde más en hacerse".

Germán Villar aprendió a elaborar sidra casera de la mano de su padre, Cándido Villa, y éste, a su vez, del suyo, Rosendo García. Por lo que la historia de este lagar de Ceceñes (Fuentes) tiene más de 150 años y Villar cree que va siendo hora de "dejar paso a la juventud". De ahí que quiera ir cediendo el testigo a su ahijado Aitor y a su hermano, Edgar González Palacio. Cree que para ser lagarero casero "tiene que gustarte la sidra porque, si no, no lo haces con la misma ilusión". Ellos producen 150 cajas, cifra que algún año superan, y mayan todas las campañas. Por lo que producen 1.800 botellas. Es decir, 1.260 litros, que "dan mucho trabajo".

Pero este lagarero amateur tiene asegurado el relevo generacional con los nietos de su prima Marisol Villar del Valle. Aitor González Palacio tiene 26 años y ayer no ocultaba la "mucha alegría" que sentía por haberse proclamado ganador de tan reputado concurso. Argumenta que es un reconocimiento para el resto de la familia, pues sus padres, Francisco González Villar y Ana Palacio Fernández, también están implicados en la recogida de la manzana -ya próxima-, y en mayar, corchar y, por supuesto, beber.

Los 400 euros del premio prevén invertirlos en alguna mejora del lagar y Aitor quiere que sea su padrino quien disfrute de la cena con la que también les obsequiaron. Los 5.000 corchos tienen el uso asegurado. No cabe duda.

Junto con la de los otros dos clasificados, Juan Pérez y Alfonso Vega, la sidra de Aitor González representará a Villaviciosa en el concurso regional del 13 de septiembre. "Cada vez hay más nivel de sidra casera", pero después de haber vencido entre 72 lagares participantes, irá a por todas. La suya ya es de premio.

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