Miembros y simpatizantes del PP de Grado temen por el futuro de la formación en el concejo. El partido está dividido entre los fieles del presidente de la junta local y exalcalde, Antonio Rey, y los defensores del actual portavoz municipal, José Ramón González. Una lucha de poder que comenzó antes de las elecciones y que se endureció en los meses de verano. LA NUEVA ESPAÑA trató de contactar, sin éxito, con Rey y González declinó realizar declaraciones al respecto.

Según detallan militantes, los problemas comenzaron con la selección del candidato a las elecciones municipales. La directiva de la junta local no quería a González como cabeza de lista, pues su favorito era el ahora exconcejal José Manuel Puente, quien declinó personalmente ser la cara del partido en Grado. Una candidatura, la de Puente, que hubiese sido continuista con la línea marcada por Rey en los últimos años. "Llegaron incluso a pedir la abstención", dicen. Tras los resultados de los comicios en mayo, que rebajaron de seis a tres la representación de los populares en el Pleno, los desencuentros han ido en aumento, llegando incluso a disputas "de tono elevado", con intercambios de acusaciones y, sobre todo, mucha tensión.

Tanta que el portavoz municipal no tiene acceso a la sede del PP en la plaza General Ponte ni apenas contacto con la junta directiva. Una inexistente relación que acarrea también desencuentros en cuanto a las decisiones que se toman en el Pleno, con diferentes opiniones sobre los asuntos municipales. Y es que es la junta local es la que marca la línea del partido. La militancia teme que la división interna termine afectando al partido. Por ello, piden más seriedad a sus representantes para abordar la situación que podría pasar por la creación de una gestora por parte del PP regional.