El Principado ha anunciado que mejorará la estética del puente de Cayés y que cuidará de la protección de su entorno. El servicio de Patrimonio del Principado envió un escrito al Ayuntamiento de Llanera para que solicitara la instalación de un semáforo y limitara la tara de los vehículos que pueden pasar por el puente, con el objeto de conservar tanto este elemento como los monumentos de la capilla y el palacio que están en su entorno.
El municipio remitió la solicitud a la Consejería de Fomento, que contestó que se harían obras pautadas y dirigidas por el propio servicio de Patrimonio para restablecer los pretiles del puente y retirar definitivamente las vallas metálicas, que el presidente de la asociación de vecinos de la zona, Luis Álvarez, describe como "elementos de feísmo".
A su juicio, "es una desconsideración al propio entorno poner esas vallas metálicas en un sitio que está catalogado como patrimonio dentro del inventario histórico de Asturias".
Por otra parte, los vecinos están en contacto con el concejal de Cultura de Llanera, Alfredo Rodríguez, para que gestione una reunión con los responsables de Patrimonio de la Consejería para reactivar la protección del patrimonio industrial. Concretamente, los vecinos quieren que se garantice la conservación del edificio de Cerámicas Guisasola y su entorno, y el de Química Alba, que son muy significativos y de un valor considerable.
La Dirección de Patrimonio del Principado de la anterior legislatura les había asegurado, según Álvarez, "que se podían ampliar las garantías para ese tipo de edificios".
Por otra parte, han vuelto a solicitar al Ayuntamiento una recuperación integral de la Venta del Gallo, "para quitarle de encima el aspecto tan descuidado que tiene". En esta localidad hay varias viviendas en ruinas de las que hasta ahora se ha derruido una, y el Ayuntamiento está en trámite para localizar a los propietarios de otras tres que se pretende derruir también. Los vecinos habían protestado largamente por el perjuicio tanto estético como ambiental que causaban estas viviendas. Desde hace tiempo el municipio está haciendo los trámites para conseguirlo.
Es un proceso largo y laborioso que requiere acceder a todos los propietarios antes de conseguir una solución definitiva. La primera de las viviendas se derribó en el anterior mandato, cuando gobernaba el PP. Los vecinos esperan que el actual gobierno concluya la demolición del resto.
