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La ley del hórreo, en Candás

Un vecino logra en una semana 1.850 firmas en favor de un cambio legislativo para conservar las construcciones tradicionales

Víctor García, en el hórreo de la Fuente de los Ángeles, en Candás. MEY SERRANO

"Es una pena ver cómo una de las cosas más bonitas que tenemos en nuestra tierra se convierten en un amasijo de piedras y madera y nadie hace nada por mantenerlos en pie". El lamento es de Víctor García, vecino de Carreño y creador de la plataforma digital "Preservar los hórreos y paneras de Asturias", que en menos de una semana ha logrado la firma de 1.850 firmas.

La concienciación de García viene de sus muchos viajes al extranjero: "Me di cuenta de que fuera de España todas las tradiciones y monumentos estaban conservados hasta el mínimo detalle". Al contrario que en la región, como puede comprobar a menudo cuando recorrer las carreteras de la región en su moto: "en el camino me cruzaba un sinfín de hórreos abandonados y hechos un amasijo de escombros, me dio muchísima pena y me puse a investigar".

El carreñense ha meditado incluso sobre qué cambios se pueden hacer en la normativa para ayudar a la conservación de estas edificaciones. La ley que rige su construcción y uso data de 1975, y únicamente autoriza su uso como almacén y vinculado a una casa. Actualmente, muy pocas familias, casi ninguna, deciden construir un hórreo como granero. "Las firmas irán destinadas a la Junta General y ayudarán a que cambie la ley y se consiga hacer algo con todos estos años de historia", explica el impulsor de la iniciativa.

García propone dividir los hórreos en dos grupos. "El primero constaría de los hórreos y paneras que se construyeron entre los años 1500 y 1600 hasta mediados del siglo pasado, y que tengan valor etnográfico reconocido. Serían objeto de máximo respeto, manteniendo su construcción inicial y con amparo de la administración para su mantenimiento. El segundo grupo debería englobar a los hórreos y paneras de menos de 50 años y de nueva construcción, que la administración debería permitir usar como vivienda o alojamiento rural, siempre y cuando se conserve su tradicional estructura exterior. Debería permitirse, eso sí, ventanas o canalones, y que no estén vinculados a una vivienda. Estos últimos incluso podrían pagar un canon con destino a sufragar el mantenimiento y conservación de los englobados en el primer grupo", reflexiona el promotor.

Lo que no esperaba el carreñense era el enorme apoyo que ha recibido en tan poco tiempo. "Ha sido increíble, no me esperaba que esto fuera tan en serio. Ha llegado a firmar gente de Argentina o Brasil, así que ahora más que nunca tengo más ganas de llevarlo hacia adelante", aseguraba.

El concejo de Carreño es uno de los de mayor tradición en materia de hórreos, y de hecho da nombre a uno de sus estilos, junto a Villaviciosa y Allende. A partir del siglo XVIII se construyeron grandes paneras en la zona costera del centro del Principado, con fachadas decoradas con grandes florones, tallas y colores vivos. El adorno pretende llenar todo el espacio disponible y muestra cierta influencia de las tallas barrocas, debido posiblemente a que algunas de las paneras mejor decoradas pudieron ser construidas por los mismos tallistas que labraron pequeños retablos rurales. Uno de los ejemplos de majestuosidad es la panera de diez pegollos situada en la parroquia de Logrezana.

Vecinos como Carmen Villar muestran su compromiso para conservar el patrimonio cultural de Asturias; "Los hórreos deberán seguir formando parte de nuestro paisaje; Asturias y sus paneras y hórreos son una imagen conocida y reconocida fuera de nuestras fronteras, y así debería seguir". Pedro Cortizo, por su parte, espera que sus nietos puedan verlos con sus propios ojos. "Se están cayendo a razón de uno por día en Asturias, y si queremos que ellos vean hórreos, y que no sea en fotos, debemos conservarlos", conmina.

Víctor García no se demorará mucho en el envío de la petición a la Junta General, al menos para que se lea: "Quiero que se luche por la tradición y por los cientos de años de historia". Y, animado por el éxito de esta iniciativa, ya ha pensado en la siguiente: "Estoy planteando también un proyecto en la ciudad residencial de Perlora, que consistirá en que cada persona pueda alquilar su propio terreno y trasladar su hórreo como vivienda. Todavía no lo tengo desarrollado pero en cuanto acabe con esto me pondré".

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