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Los modistos de los maliayeses

Ana Rosa Huerta recibe un homenaje por sus 45 años al frente del negocio textil, en el que trabajó desde pequeña con sus padres

Ana Rosa Huerta, en su tienda de Villaviciosa. MARIOLA MENÉNDEZ

"Me hace mucha ilusión porque es recoger algo que no sólo es mío, también de ellos". Así de contenta está Ana Rosa Huerta Sánchez porque esta noche recibirá el homenaje como socia de honor de la Asociación de Comerciantes y Servicios de Villaviciosa (Acosevi) por su trayectoria profesional y la de su familia, siempre ligada al comercio maliayés. Por eso para ella es un reconocimiento compartido.

Ana Rosa Huerta regenta el negocio de confección de señora "La Fe de Ana Rosa", en la plaza del Ayuntamiento, y lleva detrás del mostrador 45 años, desde que tenía 18. En este tiempo ha podido comprobar cómo ha evolucionado el comercio local y su necesidad de adaptarse para sobrevivir en las nuevas circunstancias. "Hasta 2008 (cuando estalló la crisis) cogí años muy buenos", reconoce la homenajeada.

Destaca que principalmente han cambiado dos circunstancias. La primera es que ahora a las tiendas pequeñas les hacen una competencia feroz las grandes superficies, donde antes la mayoría no compraba. Muchos gastaban en Villaviciosa porque las comunicaciones por carretera eran peores y desplazarse hasta los grandes centros comerciales no era tan cómodo y rápido como ahora. Por lo que la mayoría de los maliayeses se arreglaban comprando en las tiendas de aquí.

"Los miércoles, día de mercado, no íbamos a comer a casa, estábamos todo el día en la tienda", asegura Huerta. Por lo que sostiene que no queda otro remedio que "adaptar el negocio al cambio". Por ejemplo, en su caso, se ha centrado más en ropa de señora, buscando una clientela más fiel. También es consciente de que "el comercio hay que abrirlo en fechas que no pensabas antes, como son, aquellos acontecimientos que hay en la Villa y a los que viene gente".

"He vivido el comercio desde niña y ha visto cómo ha ido cambiando", asegura. Su padre, José Huerta, se inició en la confección con una tienda en Cabranes y en 1950 decidió probar suerte en Villaviciosa con el mismo tipo de negocio, "una tienda de todo". En "La Moda" o en "La tienda de Huerta" se podría encontrar desde hilos, artículos de mercería hasta ropa de caballero o señora. Su madre, Susana Sánchez, también trabajaba allí. Sus progenitores fueron quienes la animaron a emprender alquilando una mercería en la calle del Sol que se llamaba "La Casa de las Medias". Poco a poco la fue transformando, le puso su nombre, "Ana Rosa", y orientó el negocio hacia la confección, pues había probado también con lanas o lencería.

En 1998 decidió dar un nuevo vuelco a su tienda trasladándose a la que sus tíos habían regentado durante años en la plaza del Ayuntamiento, su actual emplazamiento. Vendían también confección de hombre, mujer y hogar. En esta etapa se fue especializando en moda femenina y es la que más éxitos le ha brindado. Esta noche recogerá un reconocimiento a sus triunfos y a los de su familia en la historia del comercio maliayés.

Acosevi celebra el día del socio con una cena a partir de las 21 horas. Es una ocasión especial para congregar a los socios y agradecer las colaboraciones que han tenido sus iniciativas.

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