Un caos. Así definen muchos vecinos y conductores habituales la circulación y las posibilidades de aparcar en el centro de la villa praviana. Una situación extrema que se produce sobre todo por las mañanas con coches en doble fila o estacionados en zonas prohibidas como líneas amarillas, el área para taxis, pasos de cebra o las plazas de carga y descarga. "Cada minuto se produce una infracción, sólo hay que sentarse y esperar", asegura el vecino Jesús Fernández.
Los puntos más conflictivos se ubican en la plaza Conde Guadalhorce, la plaza del Ayuntamiento, la avenida Carmen de Miranda y las calles Vital Aza, Bances y Valdés y Agustín Bravo. Otros enclaves críticos se ocasionan en las entradas y salidas de los centros escolares. Una anarquía circulatoria que tiene hartos a los conductores, quienes claman por más plazas de aparcamiento y aumentar la vigilancia de la Policía Local. "El aparcamiento es malo pero la culpa es de los municipales que no vigilan las infracciones y se produce una cada minuto", señala Fernández.
Unos de los más afectados son trabajadores de distribución y paquetería. "Pravia es un colapso, nunca encuentro sitio en carga y descarga porque hay coches", comenta Miguel Alonso, conductor de envíos rápidos. Como él, Blanca Suárez acude a Pravia por motivos de trabajo "y siempre acabo desesperada, termino aparcando en La Azucarera o donde el polígono".
Los vecinos de la villa se quejan de que el aparcamiento público que hay a la entrada "siempre está lleno, vas tres días seguidos y si te fijas son los mismos coches y encima el Ayuntamiento no cobra nada por ello", comenta Severino Martínez.
Por su parte, el gobierno del PSOE no se plantea crear más zonas de aparcamiento. Ni establecer la zona azul en el centro de la villa. "Más que pocos aparcamientos lo que hay es un problema de comportamiento cívico, en Pravia tenemos tendencia a usar el coche para todo cuando es un casco que se puede recorrer a pie", sostiene el Alcalde, Antonio de Luis Solar. Lo que sí harán será una campaña de sensibilización y si no funciona, comenzarán las sanciones, advierte el regidor.
Otro de los problemas que achacan los pravianos es la falta de vigilancia policial. "Los jueves de mercado, los que vienen a vender tienen una zona de aparcamiento donde las antiguas escuelas pero aparcan en el centro y la gente allí no puede aparcar porque la multan. Ni en un sitio ni en otro", concluye Roberto Suárez.
