La llegada del otoño y el aumento de las lluvias hacen del paraguas un complemento imprescindible para evitar empaparse y minimizar el riesgo de resfriados. Esto es algo que puede comprobarse ya en el mercado semanal de Pola de Siero, donde alrededor de media docena de puestos tienen estas semanas una amplia oferta de este tipo de objetos, cuyos compradores son especialmente exigentes, según indican los vendedores.

Si bien la mayoría prima el utilitarismo, son muchos los que ponen las principales trabas a la hora de animarse a la compra en aspectos como el color, la forma o el estilo. "La gente suele tener buen ojo y no busca cualquier cosa", explica la mierense Maite Miguel, que lleva 29 años acudiendo semanalmente a su puesto en la capital sierense.

De todos modos, los vendedores consideran que el patrón de comportamiento del demandante de paraguas está muy definido. "Primero se fijan en si las varillas son fuertes, luego en la superficie que cubre y ya seguidamente se fijan más en el diseño", declara la misma vendedora, que nota cómo en las últimas semanas son bastantes más las personas que buscan un complemento que, de todos modos, se vende todo el año. "Siempre traemos algo de este tipo, pero es ahora y en primavera cuando más se suelen vender", declara.

Lo que cuesta más es dar con la tecla en cuanto a las tendencias que priman en el mercado, pues como dice el refrán "para gustos colores" y en el caso de los paraguas esto se da con demasiada frecuencia. "No hay un color o un tipo que se venda más que otro, simplemente la gente se guía por sus gustos o incluso por si le va a juego con su manera de vestir habitual", explica la vendedora mierense, mientras muestra algunos de sus modelos, en los que pueden verse desde diseños tradicionales, totalmente negros, hasta estampados de colores llamativos.

No son muchos, sin embargo, los que admiten ser coquetos a la hora de realizar este tipo de compras, y más bien se decantan por primar la utilidad del complemento. "Lo importante es que resista las embestidas del viento y que cubra casi todo el cuerpo", afirma la polesa Maribel Fernández, que la pasada semana se compró un paraguas de color marrón y punta metálica "para que se agarre mejor al suelo y sirva de punto de apoyo".

Aun así, hay quienes recuerdan que la crisis llegó a todos los rincones e incluso la gente trata de ahorrar a la hora de comprar objetos de este tipo al considerarlos secundarios para su vida diaria. "Antes se compraba con más alegría, ahora la gente prima atecharse en el bar a tener un paraguas para desplazarse", comenta una veterana tendera que asegura estar viviendo "el peor año en mucho tiempo".