Si hay un animal al que no le hagan especialmente ilusión las Navidades ése es el pitu caleya. Este ave de corral se convierte por estas fechas en uno de los productos más demandados, y para comprobarlo sólo hay que darse una vuelta por la plaza cubierta de Pola de Siero, en la que los compradores examinan a fondo y regatean a más no poder el precio de los pollos, para garantizar calidad y buen precio.

Si bien el pitu caleya se cuela estas fechas en casi todas las carnicerías, la tradición manda y muchos compradores prefieren hacerse con el animal en vida y sacrificarlo por sus propios medios. "La gente quiere saber qué es lo que compra y qué mejor que hacerlo en vivo", comenta Carmina Blanco, vendedora de la localidad gijonesa de Caldones.

En la misma línea se manifiesta el también vendedor José Manuel Fuentes, de Lugones, que acompañado por el joven de 14 años Matías Vicente puso a la venta un par de pitos de caleya. "Cotizan a unos 40 euros, que la gente está dispuesta a pagar porque la calidad salta a la vista", cuenta mientras señala a los animales que cree que cumplen todos los requisitos de lo que pide la gente. "Tienen muchos kilómetros de caleya y están criados a base de maíz", apunta.

En lo relativo a las ventas, sostiene que se están desarrollando a buen ritmo a falta todavía de compras de última hora y las previstas para Nochevieja. "Llevamos varias semanas vendiendo al menos un par de ejemplares y no está nada mal", destaca, no sin pesar porque la temporada alta de estos animales se limite a apenas un mes.