La parroquia de San Martín de La Carrera tuvo ayer unos visitantes de excepción: los Reyes Magos. Pese a su ajetreada noche, Melchor, Gaspar y Baltasar se pararon en la parroquia sierense, invitados por la asociación de vecinos Berrón 77, para acudir a la misa del mediodía.

Fue a la conclusión del oficio religioso cuando los Magos, ante la expectación de decenas de fieles, recordaron su gesto de hace dos milenios en Belén, cuando entregaron ofrendas de oro, incienso y mirra al Niño Jesús.

Tras realizar la ofrenda, los Reyes Magos abandonaron el templo y se montaron en sendos coches descapotables, para retornar a sus feudos de Oriente. Pero antes, los Reyes atravesaron el núcleo sierense saludando por última vez a los niños de El Berrón, con la promesa de retornar el próximo año para traerles más regalos. Nada más atravesar el pueblo, los Reyes pusieron rumbo, a toda velocidad, hacia levante.