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LUIS FELIPE ALONSO TEIXIDOR | Arquitecto y urbanista, autor del Plan Territorial Especial para Oviedo, Siero y Llanera

"Lugones podría ser la cabecera del área metropolitana, pero requeriría de ajustes"

"No estoy seguro de que la ciudad deportiva del Oviedo sea el equipamiento más adecuado para el parque de Paredes"

Luis Felipe Alonso Teixidor. LNE

Luis Felipe Alonso Teixidor, es arquitecto y profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Premio Nacional de Urbanismo en 1985, un equipo liderado por Teixidor fue el encargado de adaptar, en 2002, el controvertido Plan General de Ordenación Urbana de Gijón a la Ley Regional del Suelo. En 2007, redactó también el Plan Territorial Especial para Oviedo, Siero y Llanera, un proyecto impulsado por el gobierno autonómico que pretendía ordenar el área metropolitana de Asturias y que posteriormente fue paralizado por el mismo ejecutivo, de Vicente Álvarez Areces. En esta entrevista Teixidor habla para LA NUEVA ESPAÑA sobre la ordenación del área central de Asturias y el papel que ha de desempeñar Siero.

-¿Cuáles eran los problemas concretos a los que trataba de dar solución con su proyecto?

-Ese proyecto se había planteado, junto a otros cinco, en un documento anterior: "Estrategias para el Espacio Metropolitano del Área Central de Asturias". La razón última de la propuesta era "hacer ciudad" a partir de un territorio fragmentado, discontinuo y caótico, una especie de archipiélago dominado por polígonos autistas de usos productivos y de comercio de gran formato entre espacios libres sin uso público, todo seccionado por infraestructuras de distinto tipo, y casi todo intraspasable, impermeable a una comunicabilidad realmente urbana.

-Esos problemas a los que trataba de dar solución, ¿considera que siguen existiendo?

-Desde luego, y probablemente agravados.

-Había una apuesta clara por potenciar las comunicaciones dentro del ámbito metropolitano, esencialmente con el "tren-tran". ¿Es ese el principal problema de la zona, la desconexión entre los núcleos?

-La intercomunicación del ámbito era, y es efectivamente, un serio problema, pero el "tren-tran" no podía ser una solución inmediata, porque al ser una opción muy cara su rentabilidad -incluso social- sería inasumible hasta que estuviesen funcionando los distintos desarrollos propuestos, y eso era, inevitablemente, una cuestión de largo plazo.

-¿Por qué la solución del "tren-tran"?

-Era una solución adecuada para el tipo de ciudad que se proponía, pero sólo cuando su desarrollo estuviera maduro. Si el proyecto hubiera seguido adelante tendrían que plantearse alternativas, gradualmente, sobre la base de ampliaciones o refuerzos del transporte público existente.

-Usted proponía una gran losa para unir el área comercial de Paredes con La Corredoria. ¿Puede ser ese complejo un centro lúdico que cohesione todas esas poblaciones?

-Esa "losa" era una charnela fundamental para conectar los ámbitos, seccionados por la autovía, pero quería ser algo más: un lugar que simbolizara esa conexión a través de algún tipo de equipamiento que lo favoreciese por su capacidad de atracción de un lado y otro. Habría que elegir bien el carácter de ese equipamiento, pero podría ser un complejo lúdico.

-Siero quiere instalar allí la ciudad deportiva del Real Oviedo. ¿Es un sitio adecuado?

-No estoy seguro que ese fuera el equipamiento más adecuado, por el carácter de la actividad y su dependencia de una sociedad privada. Un espacio tan singular y simbólico requeriría algo con mayor complejidad de usos y, seguramente también, que se mantuviese el dominio público del equipamiento y un control de su gestión.

-En su proyecto había una apuesta clara por dotar de suelo residencial a la zona. Pero el Principado ha reorientado esa apuesta para ampliar las zonas empresariales. ¿Es un error?

-Salvo el caso de La Morgal (para vivienda pública) el resto del desarrollo residencial previsto era de largo plazo. El precipitado final del proyecto no permitió su necesaria discusión, ni siquiera una evaluación detallada con las autoridades que lo encargaron, y menos aún el debate con otros interlocutores necesarios (ayuntamientos, ciudadanos, empresas, colegios profesionales). El proyecto estaba en una fase de avance, de la que podrían haberse suprimido cosas, cambiado otras o añadido alguna, pero no hubo lugar a nada de eso. La ampliación de las zonas empresariales sustituyendo los otros usos no empresariales que habíamos propuesto me fue planteada cuando pensaron en retomar el trabajo, unos meses después de su retirada, como una decisión ya tomada por la Consejería. Fue entonces cuando decliné continuar con el proyecto, porque me parecía traicionar la idea central que subyacía a la propuesta que hacíamos. Honestamente, no podía seguir con ese condicionamiento, creí que era un error y hoy sigo pensando lo mismo.

-¿Podemos llegar al punto que, como ocurre entre Lugones y La Corredoria, las zonas industriales hagan de barreras que impidan crecer a los núcleos y conectarse entre sí?

-Sin duda podría. La creación de barreras y tapones a la permeabilidad ha sido una constante histórica del desarrollo de este ámbito, hasta convertirlo en uno de los casos de libro sobre la fragmentación y la discontinuidad de la expansión urbana en este país.

-El Ayuntamiento de Siero pretende convertir Lugones en una suerte de cabecera comarcal para toda esa zona metropolitana. ¿Le ve posibilidades?

-Habría que estudiarlo con un entendimiento metropolitano del problema. Podría ser, pero seguramente la zona requeriría de ciertos ajustes de adecuación.

-¿Cuál cree que puede ser el papel de La Corredoria?

-Ha sido y es un ámbito de paso. En el futuro tendría que mejorar esa condición, pero sobre todo su imagen como espacio residencial con calidad de vida, algo que pocas -si alguna- de las zonas del entorno inmediato tienen. Si los planes parciales que hay propuestos se desarrollan como proyectos urbanos cuidados, y no como meras operaciones inmobiliarias, la zona podría cambiar considerablemente.

-¿Es La Fresneda tan singular como se cree? ¿Cuál cree que es el futuro de ese núcleo?

-La Fresneda es ciertamente singular en la zona, y no solo por su insularidad. Pero es uno de esos espacios residenciales periféricos inevitablemente desconectados de la complejidad urbana -ojo, y eso que tiene el privilegio del cordón umbilical ferroviario- aunque para algunos el aislamiento pueda verse como una ventaja. En todo caso, su futuro tendría que plantearse en el marco de un tablero de juego metropolitano.

-¿Puede haber otras "Fresnedas" en Asturias, o sólo es posible en un contexto como el área metropolitana?

-La tendencia a las urbanizaciones aisladas o exclusivas que observamos en tantas situaciones, metropolitanas o no, tiene detrás unas razones económicas que presionan ventajosamente sobre unas instituciones urbanísticas cada vez más debilitadas y con menos crédito, y también unas razones socio-culturales que el anoréxico pensamiento urbanístico actual es incapaz de contrarrestar. En todo caso, ninguna implantación nueva, residencial, industrial, comercial, o de equipamiento, tendría que hacerse en adelante, en toda la zona, sin una evaluación rigurosa de sus repercusiones a terceros en el ámbito metropolitano.

-Algunos representantes políticos se escudaron en el trazado del AVE y en la crisis para explicar la paralización del proyecto. ¿Cree usted que pudieron influir otras cuestiones, de carácter político o económico?

-Sé que influyeron decisivamente razones de índole política. Las económicas, si es que las había, podrían haberse discutido y corregido. Desgraciadamente no se dio lugar para un verdadero debate público: ni ciudadano, ni político, ni técnico o profesional. El proyecto se retiró precipitadamente y sin verdadera evaluación interna, en una fase todavía relativamente preliminar pese a la cantidad de trabajo que llevaba encima.

-¿Cree que el proyecto es aún viable, en las actuales circunstancias políticas y económicas?

-Aparte las mejoras o cambios que hubieran podido introducirse de haberse concluido el trabajo, en las actuales circunstancias el proyecto tendría que replantearse seriamente, quizás no tanto para cambiar la sustancia del objetivo básico de hacer ciudad con el ámbito, como desde las dificultades que a ello añadirían los cambios irreversibles que han ido produciéndose en sentido contrario. Si yo siempre creí que nuestro proyecto ya era francamente sub-óptimo respecto a lo que pretendía, hoy creo tendría aún menos posibilidades de ser plenamente satisfactorio. Dicho esto, creo que sí, que en realidad alguien responsable debiera volver a plantearse seriamente un problema que amenaza con colapsar, o hacer definitivamente ineficiente, la zona más dinámica de la gran metrópoli asturiana. Las circunstancias económicas no deberían ser razón para no abordarlo y, en todo caso, habría que diseñar una solución con un proceso y unos objetivos claros, teniendo en cuenta, entre otras cosas, las distintas necesidades, recursos, capacidades y tiempos. Lo de las circunstancias políticas es otra cosa.

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