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"Es una faena increíble", afirman los novios que tenían fecha en La Campana

Los afectados por el cierre del restaurante de Pruvia ven difícil recuperar los 600 euros de señal: "Seremos los últimos en cobrar"

Noemí Pérez y Hugo Fernández, una de las parejas que tenían reservado el restaurante para su banquete de bodas en La Campana. MANUEL NOVAL MORO

"Los afectados seremos los últimos en recuperar el dinero, me parece un engaño muy grande". Así expresa su malestar la gijonesa Noemí Pérez San Martín, una de las perjudicadas por el cierre del restaurante La Campana, de Pruvia. Tenía fecha el día 3 de septiembre para celebrar allí su boda con Hugo Fernández Trivín y habían pagado una señal de 600 euros, una cantidad que ven difícil recuperar.

La cancelación del evento por el cierre de las instalaciones, que llegó sin previo aviso, fue un duro golpe para los dos, pero ellos están entre los afortunados que han encontrado otro restaurante en el que celebrarlo. Hay gente, sobre todo la que se casaba en el mes de julio, que todavía no ha encontrado un restaurante alternativo.

Nada más enterarse de la situación, el jueves de la semana pasada, Noemí Pérez se dedicó a llamar a restaurantes. "Llamaría a cincuenta sitios antes de que me dijeran que sí. Llamabas y cuando les decías que si tenían fecha para el 3 de septiembre todos preguntaban: ¿Del año que viene?". Curiosamente, encontró restaurante a unos pocos cientos de metros de La Campana, en La Torre. En este sentido, también tuvieron suerte.

"La faena es increíble, porque no es solo el restaurante. Nosotros habíamos pagado la boda civil en el Ayuntamiento y teníamos las invitaciones hechas, pero otra gente que ha tenido que ir a otros concejos ha perdido también el dinero del Ayuntamiento". A su juicio, lo más lógico "hubiera sido, si ven que la cosa va mal, cerrar los eventos y dejar los seiscientos euros pendientes de abonar. No es lógico cobrarlo. ¿Dónde está ese dinero?".

La pareja gijonesa comenzó a planificar su boda en febrero de 2015. Ese mes contactaron con La Campana y cerraron la fecha. Pagaron la señal en el mes de julio. Aquí hubo ya algunos detalles que no les gustaron. En el restaurante habían quedado en llamarlos para cerrar la señal, pero tuvo que llamar ella para confirmarla y cerrar todos los servicios y el precio definitivo.

Posteriormente, en diciembre, llamó para preguntar si hacían feria de novios. "Cogió el teléfono un camarero y contestó bastante seco diciendo que este año no. Pero yo entonces no até cabos de por qué no lo hacían".

Y en enero de este año volvió a llamar cuando se enteró de que la empresa entraba en concurso de acreedores: "me dijeron que estuviera tranquila, que muchas empresas estaban en concurso y no iba a haber ningún problema".

Así quedó hasta que la semana pasada le contaron que el restaurante iba a cerrar. "Me lo contó un primo mío, al que una chica que se casa en dos semanas llamó desesperada porque había estado llamando todo el tiempo a La Campana y nadie le cogía el teléfono", relata.

Ella llamó al hotel y sí le cogieron el teléfono, y un trabajador le dijo abiertamente que el futuro no era muy halagüeño. Llamó, entonces, a la administradora concursal, que la atendió solo por correo electrónico para decirle, después de muchas idas y venidas, que será difícil que recupere su dinero.

"Me parece increíble no solo mi caso, sino otros muchos; en enero hicieron un evento de comuniones y entonces ya no tenían cocina, y a las madres les cogieron el dinero de la reserva, cuando ya sabían cómo estaba", aseguró.

Y ella se enteró con bastante antelación, pero otra gente lo supo hace dos días, porque el restaurante solo empezó a llamar a la gente cuando el cierre salió en los medios. Los perjuicios han sido grandes.

Noemí Pérez está en contacto con otra gente que ha tenido muchos problemas. Por ejemplo, "hay una chica de Madrid que tuvo que pagarse un vuelo para ella y para su pareja para buscar algo y se fueron sin nada. Se casaban el 16 de julio y no encontraron restaurante".

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