Villaviciosa ya es no lo que fue. El estudioso local Senén Rivero alerta de que es "un municipio con graves desequilibrios demográficos". Poco -o nada- queda de aquel concejo costero que atrajo a gran número de habitantes (rozó los 15.000 en 2014) seducidos por la mejora de las comunicaciones y la construcción de la Autovía del Cantábrico, que colocó a Villaviciosa a media hora de las principales ciudades de la región hace un puñado de años.
El auge de la construcción la convirtió en un lugar atractivo para vivir con precios competitivos. Su entorno natural, con la ría y las playas como reclamo, así como los servicios de los que dispone, hizo que muchos se animaran a instalar su residencia aquí. Es el ejemplo de numerosos vecinos de Gijón que se mudaron a vivir a la zona de les Mariñes.
"Todo este modelo se desmoronó con la llegada de la crisis a partir de 2010 y Villaviciosa ha dado un vuelco, lo que nos va a llevar a lo que se conoce como 'precipicio demográfico', un descenso brusco y muy rápido de la población", destaca Senén Rivero. Explica que esta tendencia, que ve "improbable que cambie" se debe a una serie de factores. El primero de ellos es una de las tasas de natalidad más bajas de España. "La tasa de nacimientos es Villaviciosa es paupérrica: 5,56 por mil (82 nacimientos en 2014)", argumenta, cuando la de España, que "es muy mala" alcanza el 9,14. El estudioso lo achaca a varias razones: envejecimiento de la población, reducción de las cohortes de población joven y aumento de la edad de las madres al concebir a sus hijos por la crisis y la precaria situación laboral. "El problema se agravará si no existe una fuerte inmigración que lo compense. En pocos años bajaremos de los 70 nacimientos, lo que incidirá aún más en el envejecimiento general", recalca.
Otro de los factores que Senén Rivero señala como causas de la situación poblacional maliayesa es el aumento progresivo de la tasa de mortalidad, "que ya es muy alta". Es de un 15,36 por mil, lo que la sitúa entre las más elevadas de España en municipios de más de 10.000 habitantes, reseña. En 2014 hubo 228 fallecidos. Las causas son el agudo envejecimiento de la población, con una media de edad de 48,5 años. "El envejecimiento es tal que el 27,03% de los habitantes de nuestro municipio tiene más de 65 años", resalta. Añade que la media de los fallecidos tiene 81,5 años -84 para las mujeres y 79 para los hombres-.
Otro asunto a tener en cuenta, explica, es un "retraimiento acusado de la inmigración por la marcha a sus países de esa población extranjera como consecuencia de la falta de trabajo". Añade otro más: el aumento de la emigración entre los jóvenes maliayeses en busca de las oportunidades laborales que aquí no encuentran.
Tampoco olvida otras circunstancias determinantes como el cierre de industrias emblemáticas, la acusada caída de las explotaciones agrarias por sus falta de rentabilidad y la paralización de la construcción de viviendas. "Todo ello nos lleva a una proyección de población en el municipio por debajo de los 10.000 habitantes (35% menos) antes de que pasen 25 años", destaca. Se ha producido un despoblamiento de las parroquias del interior en beneficio de la capital y Les Mariñes.
