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Savia nueva para San Cucao

La parroquia cuenta con un alto porcentaje de gente joven y un tejido asociativo que mima su patrimonio "Hay mucha historia", señala Ana Celada

Savia nueva para San Cucao

La parroquia de San Cucufate tiene mucha historia y mucho presente, y ambos tiempos parecen estar cada vez más en comunión. Con sus más de 700 habitantes, está entre las áreas rurales más pobladas del concejo de Llanera, y entre su población, contra lo que suele ocurrir en el campo, hay un gran porcentaje de gente entre los 35 y los 65 años. No se trata, ni mucho menos, de la típica zona rural envejecida. Esta juventud vive -y lo valora, que esto es importante- en un entorno con una gran riqueza histórica, etnográfica y monumental.

En su territorio está el palacio de Villanueva, una construcción del siglo XVII que experimentó varias reformas a lo largo del tiempo, y que el año pasado cuando parecía abocado a la ruina y el abandono, para regocijo de todos los vecinos comenzó a ser reformado. Hoy la reforma está todavía en proceso, pero la joya arquitectónica está recuperada.

Otra recuperación sonada fue la de la iglesia parroquial, que constituyó un ejemplo de unión y empuje vecinal, y que, de paso, fue objeto de una iniciativa que refleja a la perfección el espíritu de este territorio. A iniciativa de José Manuel García Suárez, "Pocholo", se plantaron en el exterior del templo ocho árboles con los que se ha querido dotar de un símbolo a cada uno de los pueblos de la parroquia: un tejo para Agüera; un acebo para Tuernes el Pequeño; una encina para Tuernes el Grande; un haya para San Cucao; un roble para Villanueva; un castaño para Piñera; un tilo para Baúro, y un abedul para Guyame.

El germen del trabajo comunitario en la parroquia ya existía, y recibió su espaldarazo definitivo a finales del año pasado, cuando se constituyó la asociación de vecinos de la parroquia, presidida por Ana Celada, que se ha propuesto contribuir al desarrollo de actividades sociales, festivas, culturales y deportivas. Entre ellas, está el rescate de antiguas tradiciones, un puente entre el presente y el pasado de la parroquia. Celada dice que San Cucao es una parroquia "muy dispersa, y que mucha gente utiliza como ciudad dormitorio", y eso es, precisamente, contra lo que quieren luchar sus vecinos más comprometidos.

"San Cucao tiene mucha historia, ha pasado por muchos altibajos que han hecho mella en la población, es un lugar muy diverso y eso es un valor, y la gente tiene curiosidad, y también intención de cuidar lo suyo", dice la portavoz vecinal.

La historia y los usos han dejado huellas importantes en la parroquia. Es el caso, por ejemplo de los molinos de Guyame, que tuvieron una importancia vital en su día y que hoy siguen en pie como testimonio de ello. La primera identificación documental de los molinos data 1398, y fueron reformados en el siglo XIX, con la construcción que se conserva hoy. Otra historia fijada en piedra es la fuente de Cañe, que fue durante años un lugar de trabajo y también de fiesta. Está pendiente de reforma, algo que los vecinos valoran enormemente por el significado emocional que ha tenido para muchos.

"Queríamos que se reformase porque a mi madre y a otra gente que no está sabemos que les hubiera hecho mucha ilusión, porque pasaron mucho tiempo aquí y es un lugar lleno de recuerdos", dijo Ángeles Pereira.

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