El Ayuntamiento de Noreña dio ayer un paso decisivo para contar finalmente con un plan general de ordenación, superando una situación que lleva estancada desde hace unos ochos años. Los votos favorables del equipo de gobierno formado por IPÑ y Foro, así como del PSOE, PP y Conceyu Abiertu permitieron dar luz verde a un texto casi idéntico al que fue tumbado por los votos de PP, URAS e IU hace cinco años y al que sólo se opuso en esta ocasión la coalición de izquierdas, que pidió incluso la retirada del texto y su reelaboración tras advertir de varias deficiencias.

Pese al apoyo casi unánime, el debate en torno al plan se prolongó durante más de una hora con discrepancias tanto sobre la forma como el fondo de la cuestión. El exalcalde y portavoz socialista, César Movilla, reivindicó el papel central de su grupo en la elaboración de un texto en el cual aseguró que comenzaron a trabajar en 2008 y tres años más tarde fue llevado al Pleno y tumbado por sorpresa por el voto de URAS, entonces en el equipo de gobierno. "Los documentos son trabajo de la anterior corporación y los mismos, salvo modificaciones legales, que se llevaron a Pleno hace cinco años", defendió Movilla, apoyando así un voto afirmativo que deseó que contribuyese "a que no tengan que irse más industrias de Noreña".

Mucho más crítico se mostró el portavoz de IU, René Coviella, que quiso poner de relieve varios aspectos que calificó de "chapuceros" y por ello instó a retirar la propuesta y corregirla al recordar que "es la única oportunidad que tenemos en Pleno, pues la aprobación definitiva corresponde a la CUOTA". Concretamente, denunció que la memoria económica incluye previsiones de inversiones del equipo redactor que duplican las del interventor municipal. "Esto sólo se podría sufragar con aumentos de impuestos como el IBI", advirtió, además de alertar de otras deficiencias como que varios inmuebles quedarán fuera del ordenamiento, impidiendo que se puedan reconstruir en caso de ruina. "Puede pasar lo mismo que con los Bueno de Lugones", dijo.

A este respecto, el portavoz del gobierno, Inaciu Iglesias, acusó a IU de querer alarmar a los vecinos. "Intenta asustar con una amenaza velada de subida de impuestos", señaló Iglesias, que luego justificó la diferencia entre ambos informes en el carácter de previsiones que estos tienen. "Los planes son un marco que no tiene por qué cumplirse a rajatabla", sostuvo poniendo como ejemplo que el número de viviendas que se prevén construir es superior a las que se edificarán finalmente.

Por su parte, Conceyu Abiertu apoyó su voto positivo en la idea de favorecer la participación ciudadana. "Hay cosas mejorables que creemos que deben de corregirse en el periodo de información pública, al que sólo llegaremos si aprobamos este punto", sostuvo el portavoz Pablo Pérez, que sugirió medidas como charlas de expertos o crear una página web sobre el plan para favorecer que la población se involucre en el proceso.

Algo que la portavoz popular, Marian Velasco, recordó que ya se contempla en la ley y criticó la sugerencia de dedicar más presupuesto a medidas extra de participación como propuso el gobierno y Conceyu. "El argumento de que es poca cuantía no vale porque hay que velar por el dinero del contribuyente", señaló.