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"Vimos a un hombre escapar", alerta la familia de una casa incendiada en Feleches

Graciano Palacio, su mujer, su hija y su nieto se salvan gracias al perro, que ladró al descubrir el fuego originado en dos coches en el exterior

Graciano Adolfo Palacio, señalando ayer los coches calcinados junto a su casa de Feleches. L. B.

"Si llegan a ser coches de gasolina no lo contamos". Así de rotundo se muestra Graciano Adolfo Palacio, vecino de 60 años de Feleches, al que las llamas procedentes del incendio de dos vehículos junto a su casa le sorprendieron a las cuatro y media de la madrugada de ayer, cuando dormía en el interior de la primera planta en el barrio de La Mata. Junto a él se encontraban su mujer, su hija y su nieto de ocho años que, por suerte, pudieron escapar por la puerta trasera de la casa sin lamentar ningún daño personal. No han podido evitar pérdidas materiales que, aseguran, se deben a un fuego que tienen muy claro que fue intencionado.

La voz de alarma la dio su perro, un yorkshire que con sus ladridos alertó a los habitantes de la casa de lo que estaba sucediendo. "Nos levantamos y corrimos a la puerta trasera", relata el hombre, que asegura que su hija pudo comprobar que alguien se encontraba en el exterior de la casa.

"Ella vio como un hombre escapaba corriendo, pero no pudo comprobar si era conocido", indica Palacio, que afirma tener sospechas fundadas de quién podría ser el autor de los hechos, pero prefiere no adelantarse a las investigaciones, ahora en marcha tras conocer lo ocurrido.

Tras salir de la vivienda pudieron comprobar cómo los dos coches que tenían estacionados frente a la casa ardían completamente. Se trata de un Citroën Saxo y un Seat Ibiza. Los primeros indicios apuntan a que el fuego fue inicialmente provocado en el Saxo y las llamas provocaron que éste arrancara y avanzase unos metros hasta situarse próximo a la casa y al otro vehículo, extendiendo las llamas sobre ellos de manera fulgurante. Ambos coches quedaron en cuestión de minutos totalmente calcinados y tanto el corredor de la primera planta como la fachada, las ventanas de la vivienda y buena parte de la planta baja quedaron seriamente dañadas por el efecto de las llamas. La rápida acción de los Bomberos, que recibieron aviso a las cinco de la mañana y terminaron de extinguir el fuego en torno a las 6.25 horas de la madrugada, permitió que la estructura de la vivienda, así como buena parte de la primera planta el edificio tuviesen daños todavía mayores.

"Tardaron unos minutos, pero por los nervios que teníamos nos pareció un mundo", cuentan los afectados a la vez que agradecen la comprensión de los profesionales sobre su situación. A pesar de la gravedad del suceso, la familia considera que las consecuencias pudieron ser todavía más graves y se apoya en eso para sacar fuerzas a la hora de ponerse manos a la obra para reparar los daños materiales. "Es un duro golpe que llega en un mal momento, pero que trataremos de solventar", comenta el cabeza de familia que actualmente se encuentra cobrando la ayuda familiar a la espera de obtener la jubilación en unos meses.

De momento, los cuatro afectados no tendrán problema de vivienda, pues cuentan con un piso en Carbayín al que se trasladaron tras los sucesos y tratarán de hacer vida normal hasta que la casa de Feleches recupere las condiciones de habitabilidad. No obstante, consideran que ese momento todavía tendrá que esperar.

"Menos de tres o cuatro meses no nos los quitará nadie", calcula el propio Palacio, que confía en que el seguro de la hipoteca de la casa, así como el de uno de los coches sirva de ayuda para sufragar los cuantiosos gastos que supondrán las diferentes reparaciones a acometer.

En lo que concierne al responsable del suceso espera que las investigaciones den sus frutos y pueda pagar no sólo por lo ocurrido, sino por lo que pudo llegar a pasar. "Deben demostrarnos que podemos confiar en la justicia", declara el hombre que señala que éste no es el primer ataque que sufre la familia. "El mismo coche que ardió ya nos lo robaron y nos lo movieron de sitio", recuerda el afectado, respecto a una serie de hechos que admite que impiden a la familia dormir tranquila desde hace bastante tiempo.

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