El valor del trabajo artesano, eso fue lo que aprendieron ayer los niños de Grado que participaron en el taller de limpieza y pulido de azabache, dentro del IV Memorial "Eliseo Nicolás, Lise", en homenaje al maestro azabachero fallecido en 2012. Esfuerzo, tesón y mucho mimo para crear piezas únicas. "El trabajo es duro pero también muy divertido, creo que te mereces lo que cuesta porque hay que trabajar mucho", confesó Carlota Solar, una de las participantes.

María Pérez, maestra azabachera, fue la encargada de dirigir el taller infantil y el posterior que se celebró con adultos. Lo primero que hicieron fue aprender qué es el azabache. Y por lo visto, la lección la tenían muy bien aprendida al final de la sesión. "Es un mineral de un árbol que existió cuando aún vivían los dinosaurios en la tierra", explicó Paula Tesouro.

Después les tocó limpiar las piezas con lijas y lo cierto es que alguno también se dejó las huellas dactilares de tanto frotar. Pero todos contentos. "Tuvimos que escoger una pieza que tuviera una cara plana y después le dimos con la lija para limpiar y aún luego nos dieron otra lija para que quedase más limpio", comenta Juan Martínez.

El siguiente paso que aprendieron los pequeños fue a sacar brillo al metal. "Hay que pintar el mantel con una piedra que la llaman pulimento", detalló Tesouro. Y vuelta a frotar. "Hay que darle fuerte para que brille mucho y se quiten las rayas", precisó Martínez. Para rematar las piezas de azabache, Pérez serigrafió con una máquina los nombres de los niños, felices con sus joyas artesanas. "Me hace mucha ilusión", agregó el pequeño Álex de la Vallina. Carlota Solar decidió cambiar su nombre por el de su madre, Loreto, para regalarle la pieza al fin del taller.

Todos los niños se quedaron sorprendidos con el exigente trabajo de la azabachería. "Yo pensaba que se hacía todo con máquinas", confesaba Francisco García. Por su parte, Carla Castrillón también valoró el trabajo artesano: "cansa mucho y es duro porque hay que frotar mucho pero es guay, me gustó la artesanía", aseguró. Otra que quizás vaya para azabachera es Noemí Alonso, quien sumó ayer su cuarto taller de azabachería: "Me gusta mucho porque es muy divertido el trabajo".

Tras el taller, los niños disfrutaron el proyecto "Biblio-árbol", donde hay libros para préstamo en la plaza Eliseo Nicolás "Lise". El memorial continúa el próximo viernes con Ángel Cardín, quien hablará sobre el azabache y su relación con el Camino de Santiago, a las 19.30 horas, seguido del concierto de "Cuchu".