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La Fresneda, en la cresta de la ola

Cerca de cuarenta escolares del colegio público disfrutan en La Isla (Colunga) de un campamento "muy divertido" para aprender a hacer surf

El grupo, durante la clase de yoga infantil impartida en el albergue El Furacu, frente a La Isla. P. M.

Las mejores lecciones que han aprendido los alumnos de sexto de Primaria del colegio público de La Fresneda las han recibido a remojo. Unas veces encima y otras debajo de la tabla de surf, pero siempre tratando de sacar lo mejor de sí mismos en el campamento que el centro organizó días atrás con la escuela "Marejada" de Colunga, con 39 estudiantes y dos profesores.

Ricardo Fernández Palomeque es su responsable y explica que en este deporte "se iguala todo el mundo, porque no están compitiendo. Cada uno está en su nivel, centrado en lo suyo y no fijándose en si el otro se puso diez veces de pie". El ovetense es cinco veces campeón de España de surf y describe que son tantas las emociones sobre la tabla que no dejan lugar a nada más que al disfrute. Fernández opina que esto sucede con los "deportes de deslizamiento", aunque al surf le atribuye "mayor grado de enganche".

Y no se equivoca, pues basta escuchar los gritos de felicidad dentro del agua y las caras de satisfacción fuera para reconocer que alumnos como Julia Menéndez, de once años, repetirán sin duda. "Nunca había hecho surf, pero conseguí ponerme de pie unas cuantas veces", relató la estudiante, antes de alabar la labor de los monitores, que los ayudaron mucho en todo momento. También para Alejandro Fernández, compañero de clase de Julia, el surf es un deporte "muy divertido", que sin duda recomienda.

El campamento incluyó un total de cuatro mañanas enteras en el agua, algo que en la escuela procuran cumplir en la medida de las posibilidades, pues saben que es lo que los chicos están deseando. Además de coger olas y aprender las "normas básicas para no hacerse daño con la tabla", los estudiantes de La Fresneda realizaron caminatas, conocieron la fuente de Obaya, visitaron el centro de interpretación de la sierra del Sueve y practicaron yoga infantil, una actividad que les gustó mucho. "Es más dinámico y divertido que una clase de yoga al uso, si no ellos se aburrirían", explicó Fernández Palomeque. Ha sido tal la diversión y la energía vertidas al mar que todos aseguran que el próximo año repetirán la experiencia.

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